DECLARACION DE BIEN DE INTERES CULTURAL
DECRETO
103/2002, de 12 de marzo, por el que se declara bien de interés
cultural, con la categoría de jardín histórico, los jardines de Murillo y el
paseo de Catalina de Ribera, de Sevilla.
Los jardines son declarados
bien de interés cultural B.I.C por la Consejería de Cultura de la Junta de
Andalucía formando parte del Patrimonio Histórico Andaluz.
1º.- El paseo de Catalina de
Ribera y los jardines de Murillo conforman una de las zonas ajardinadas de
mayor interés histórico, artístico, paisajístico y medioambiental de las
existentes en la ciudad de Sevilla. Participando plenamente en la vida de la
urbe, conservan interesantes especies botánicas, así como muestras
arquitectónicas, escultóricas y de elementos de mobiliario urbano originales
del momento de su formalización en el primer cuarto del siglo XX.
2º La Dirección General de
Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura, por Resolución
de 23 de noviembre de 1982 (publicada en el «Boletín Oficial del Estado» de 11
de enero de 1983) incoó expediente de declaración de jardín artístico a favor
de los jardines de Murillo en paseo de Catalina de Ribera en Sevilla, según la
Ley de 13 de mayo de 1933, sobre defensa, conservación y acrecentamiento del
patrimonio histórico-artístico nacional, siguiendo su tramitación según lo
previsto en dicha Ley, en el Decreto de 16 de abril de 1936 por el que se
aprueba el Reglamento para la aplicación de la Ley del Tesoro Artístico
Nacional, así como en el Decreto de 22 de julio de 1958 por el que se crea la
categoría de monumentos provinciales y locales, en función de lo preceptuado en
la disposición transitoria sexta apartado primero de la Ley 16/1985, de 25 de
junio, del Patrimonio Histórico Español. Emitieron informe favorable a la
declaración la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría y la
Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Sevilla, cumpliendo así con lo
previsto en el artículo 14 de la Ley de 13 de mayo de 1933, sobre defensa,
conservación y acrecentamiento del patrimonio histórico-artístico nacional, así
como en el artículo84 de la Ley de Procedimiento Administrativo de 17 de julio
de 1958.
3º.- Terminada la
instrucción del expediente, según lo previsto en el artículo14.2 de la Ley
16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, procede la
declaración de bien de interés cultural de dichos jardines, con la categoría de
jardín histórico, así como y, de conformidad con lo prevenido en la disposición
adicional primera de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico
Español, en relación con el artículo 8 del Reglamento de Protección y Fomento
del Patrimonio Histórico de Andalucía, aprobado mediante Decreto 19/1995, de 7
de febrero, la inclusión del mismo en el Catálogo General del Patrimonio
Histórico Andaluz.
4º.- Delimitación del bien. El jardín histórico queda
dentro de la línea que parte, en el vértice noreste, en el encuentro de la
calle paseo de Catalina de Ribera y la avenida de Menéndez Pelayo y continúa,
por el este, siguiendo dicha avenida y, por el sur, dibujando una curva frente
a la plaza de Don Juan de Austria. Por el oeste, prosigue en el límite con la
parcela que conforma la esquina de la calle San Fernando, continuando junto al
muro de cerramiento delos Reales Alcázares.
La línea se inflexión hacia
el noroeste hasta la plaza de Francisco de Alfaro y, desde ella, sigue el andén
perimetral de los jardines de Murillo por el límite de las parcelas colindantes
pertenecientes al
caserío del barrio de Santa
Cruz, bordea la plaza de Refinadores por su flanco este y va a quebrar en el
ángulo que forman dicha plaza y Lacalle paseo de Catalina de Ribera. La última
vía citada define la delimitación por el norte.
Quedan excluidas de la
declaración las parcelas 01 de las manzanas 55162, 55178, 56181 y 56182,
correspondientes a cuatro edificaciones iones situadas entre la hilera externa
de arbolado del paseo de Catalina de Ribera y la acera de la Avenida de
Menéndez Pelayo.
3º.- Terminada la
instrucción del expediente, según lo previsto en el artículo14.2 de la Ley
16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, procede la
declaración de bien de interés cultural de dichos jardines, con la categoría de
jardín histórico, así como y, de conformidad con lo prevenido en la disposición
adicional primera de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico
Español, en relación con el artículo 8 del Reglamento de Protección y Fomento
del Patrimonio Histórico de Andalucía, aprobado mediante Decreto 19/1995, de 7
de febrero, la inclusión del mismo en el Catálogo General del Patrimonio
Histórico Andaluz. De las Huertas de Sevilla de
Santiago Montoto - 1951.
“La huerta más conocida de
las generaciones actuales fue la del Retiro”.
Muchos
sevillanos la recordamos sembrada de hortalizas con su gran noria y extensa
alberca, baño de la chiquillería del Barrio se Santa Cruz, con árboles frutales
gallineros, vaquería y un pudridero, que por cierto nos hacia las delicias de
los vecinos.
Estaba
esta huerta entre las Murallas del Alcázar, las de la ciudad y el muro de la Judería
y llegaba hasta lo que es hoy la calle Menéndez y Pelayo.
La
generosa reina Isabel II dio parte de la
huerta en 1860 para ensanche del campo
de la Feria de Abril, formándose entonces
una alameda que se llamó Paseo del Pino, por uno corpulento que aún se
conserva ( esta año el pino centenario
ha muerto ) y luego denominado Catalina de Ribera.
Ese
nuevo espacio público, que venía a atenuar la estrechez de la trama urbana de
los barrios colindantes, no contaba aún con una ordenación especial. A fines del siglo XIX se acometió un primer
proyecto de ajardinamiento y amueblamiento del denominado en esos momentos
«Paseo de los Lutos» y, en 1920, con motivo de las intervenciones realizadas
con vistas a la Exposición Iberoamericana, el arquitecto Juan Talavera y
Heredia, formaliza as trazas conservadas en la actualidad. Este mismo
arquitecto, notorio representante del historicismo regionalista, había diseñado
pocos años antes los contiguos jardines de Murillo, fruto también de una cesión
(1911) de otra porción, situada al noroeste, de la Huerta del Retiro del
Alcázar.
El
trazado en planta del paseo de Catalina de Ribera presenta una clara
disposición longitudinal, concebida para el tránsito, mientras que el de los
jardines de Murillo responde, por su ubicación y diseño, a un recinto más
recoleto.
En
1860, por concesión del Real Patrimonio y para ensanche del campo de la Feria
en el antiguo Prado de San Sebastián, quedó unida a los terrenos del municipio
una ancha faja de la huerta del Retiro, desde la que fue Puerta de San Fernando
hasta la Puerta de la Carne, para lo cual se derribó la tapia que cercaba dicha
huerta unida al Alcázar Real, y se levantó otra almenada en el lugar en que hoy
la vemos limitando los nuevos jardines del Alcázar.
Se
derribó el muro que la separaba del exterior, construyéndose uno nuevo con
almenas que es el hoy visible a lo largo del Paseo y que lo separa de los
Jardines del Alcázar.
Aunque
para el ciudadano de hoy es probable que decir Jardines de Catalina de Ribera o
Jardines de Murillo, resulte indiferente, son partes bien diferenciadas, no
solo cronológicamente, sino también estilísticamente, como más adelante
aclaramos.
PASEO
DE CATALINA DE RIBERA
Conocidos originariamente
como Paseo del Pino, no será hasta 1898 cuando reciban su actual denominación,
en honor de la fundadora del Hospital de las Cinco Llagas, ilustre dama
descendiente del adelantado mayor de Andalucía Per Afán de Ribera, organizándose
entonces unos jardines a modo de paseo con alineaciones de árboles.
le conocía popularmente como Paseo de los
Lutos, pues por su sencilla ornamentación y su situación a espaldas del
Alcázar, retirada de los lugares que concentraban junto al río el animado paseo
y la vida social al aire libre de entonces, dio lugar a que fuera frecuentado
por las familias dolientes.
La costumbre se terminó
cuando se plantó en estos jardines la jardinería amena y decorativa,
constituyendo una prolongación o un antecedente, según se venga del Sur o el
Norte, del Parque de María Luisa.
En 1860, por concesión del
Real Patrimonio y para ensanche del campo de la Feria en el antiguo Prado de
San Sebastián, quedó unida a los terrenos del municipio una ancha faja de la
huerta del Retiro, desde la que fue Puerta de San Fernando hasta la Puerta de la
Carne, para lo cual se derribó la tapia que cercaba dicha huerta unida al
Alcázar Real, y se levantó otra almenada en el lugar en que hoy la vemos
limitando los nuevos jardines del Alcázar.
La obra de jardinería se
acometió inmediatamente, según el proyecto del ingeniero Sr. Doblado, aunque
las obras se desarrollaron con gran lentitud por falta de dinero. Pronto se
trazaron una serie de paseos que atendían más a la comodidad del público que a
planteamientos estéticos, y varias glorietas; se plantaron acacias blancas,
palmeras, plátanos, adelfas, plantas coníferas y, como revestimiento de la
muralla que limitaba uno de los lados del jardín, yedras, y otras trepadoras
Hay que tener en cuenta que
por estas fechas estaba inmersa en los preparativos de la Exposición Hispano
Americana que debía celebrase en el 1914, que si bien no se celebró hasta 1929
como Exposición Ibero Americana, se fraguó con mucha anterioridad.
Entre 1917 y 1923 el mismo
arquitecto, modificando el proyecto del también arquitecto, Antonio Gómez
Millán, fue el encargado de acondicionar el nuevo Paseo de Catalina de Ribera
para la exposición iberoamericana de 1929 conservando su diseño hasta hoy. El
espacio de los jardines comenzará a ordenarse tal y como hoy lo conocemos, fruto
de las reformas realizadas entre los años 1917 y 1921, previo a la exposición
Iberoamericana de 1929, por un proyecto, en principio de Antonio Gómez Millán,
aunque fue finalizado por Juan Talavera y Heredia.
Tras esto, se le hicieron
notables reformas , mejorando sus macizos de jardín, canastillos de plantas y
de flores, asientos alicatas, y en las hileras de los elevados árboles que
separan los jardines de los paseos laterales, grandes arriates de mampostería
fileteados de azulejos con pilastras en los pasos; y resultaron unos jardines
pintorescos y geométricos, con atractivas perspectivas longitudinales en su
calle central, enarenada como todas, según se va paseando por ella, a partir de
la glorieta de entrada, y rodeada de palmeras en mayor extensión
De marcada longitudinalidad
los jardines se distribuyen en bandas paralelas con la fuente central como
elemento de referencia sobre el que pasa la calle central, a la que son paralelas
las dos externas, al final del Paseo de Catalina de Ribera, se encontraba el
pabellón de estilo sevillano y atrio alicatado, que se hizo en 1921 para
estafeta de Correos y Telégrafos, después convertido en escuela y más tarde
derribado...
A estas largas avenidas
longitudinales se van oponiendo vías transversales de menor entidad que van
organizando glorietas de forma rítmica, sin que en ningún momento se pierda la
perspectiva de las primeras.
Escoltados por acacias y
palmeras entramos en los jardines desde la calle San Fernando a través de una
gran rotonda que ahora, una vez dotados los jardines de cerramiento, se
encuentra rodeada de vistosas trepadoras.
En 1920 se hicieron
importantes reformas, se transportaron los pedestales y vasos de un semicírculo
que existía junto al Salón de Cristina y frente a San Telmo a propuesta de D. Juan Talavera y Heredia,
fueron adornados con ellos los asientos circulares y la pila con escalinata
inferior al nivel del piso y surtidor en el centro de gran ruedo de estilo
sevillano, que más adelante detallamos
A estas largas avenidas
longitudinales se van oponiendo vías transversales de menor entidad que van
organizando glorietas de forma rítmica, sin que en ningún momento se pierda la
perspectiva de las primeras.
Escoltados por acacias y
palmeras entramos en los jardines desde la calle San Fernando a través de una
gran rotonda que ahora, una vez dotados los jardines de cerramiento, se
encuentra rodeada de vistosas trepadoras. Transportados los pedestales y vasos
de un semicírculo que existía junto al Salón de Cristina y frente a San Telmo,
fueron adornados con ellos los asientos circulares y la pila con escalinata
inferior al nivel del piso y surtidor en el centro de gran ruedo de estilo
sevillano, que más adelante detallamos
El paseo de Catalina de
Ribera se compone de 3 corredores.
El primero de ellos el adosado
a la muralla del Alcázar que es utilizado principalmente para en tránsito de
peatones, es el único con solería y parterres de ladrillo y cerámica, habiendo
desaparecido los elementos decorativos originales, las volutas rematadas con
unas copas de cerámica, testimonio de las mismas se conservan en la calle
Antonio el Bailarín, ,las plantas trepadoras cubren los muros, hiedras.-Hederá
hélix y parra virgen o viña virgen.-Partenocissus quinquefolia, hoy en día absorbidas por la planta invasora ,la enredadera del mosquito.-Anredera cordifolia,
que puede hacerlas desaparecer, en el arriate al pie de las trepadoras los
acantos.-Acanthus mollis con algunos
arbustos dispersos, muchos han desaparecido.
Restaurado entre el año 2001
y 2002 fue recuperada la pavimentación con enchinado y losas de Tarifa,
sustituyendo las imitaciones anteriores, todavía queda una parte del paseo en
la zona norte, con losas de cemento, imitación a losas de tarifa y enchinado.
El corredor central ofrece
la mejor perspectiva de la fuente monumento a Colón y es muy utilizado cómo
lugar de juego para niños. La mitad norte de este corredor dispone de un área
con elementos de juego para los niños y la mitad sur queda vacía y es utilizada
cómo lugar de recreo, más tranquila que la anterior, tiene bancos con respaldo
de hierro y otros de cerámica, no precisamente sevillana, sino de origen castellonense.
Al final del paseo existía
en tiempo un pabellón estilo sevillano con atrio alicatado que se construyó en
1921 para Estafeta de Correos y Telégrafos, después utilizado como escuela y
derruido en una de las reformas del paseo.
El eje central es interrumpido en su punto
medio por un amplio espacio circular centrado por una fuente, también circular,
sobre la que se alzan, encima de un pedestal con bustos de Colón y los Reyes
Católicos, dos columnas que soportan un entablamento coronado por la figura de
un león y, a medio fuste, las proas de las carabelas.
El monumento, que aporta el
elemento vertical de compensación compositiva al paseo, fue diseñado por el
arquitecto Talavera y ejecutado por el escultor Lorenzo Coullaut-Varela, y está
dedicado a Cristóbal Colón, en consonancia con los eventos de la Exposición
Iberoamericana de 1929, momento en que se realizó.
La restauración de los
jardines incluyó la reposición de los setos de Euonymus japonicus por los de arrayan
- Mirthus communis, plantación de sotobosques con arbustos y los cubresuelos
con Hedera hélix.-hiedra. La red de riego fue adaptada a las nuevas
plantaciones.
El tercer corredor es el que ofrece mayor
intimidad del paseo, queda alejado y aislado por la vegetación de la principal
zona de tránsito y del espacio de juego de los niños y mascotas.
Queda aislado del exterior
por una pantalla de vegetación que pretende aislar el jardín del ruido y el
ajetreo de la avenida Menéndez y Pelayo, incluye jazmines, sauzgatillos,
durillos de flor, viburno elegantísimo, etc… que proporcionan olor y color,
existe una puerta de acceso siempre cerrada, al desaparecer el quiosco Bar que
la utilizaba para poner veladores en el jardín.
Este corredor es el menos visitado por los usuarios
del parque y es frecuentado por personas sin hogar.
Por la tarde es cuando
comienza a verse un uso más diverso y se pueden encontrar niños y mascotas por
toda la extensión del paseo.
Por la noche el paseo cae en
desuso salvo cómo vía de paso y son los jardines de murillo los que ganan
protagonismo. En los jardines de Murillo la densidad de vegetación es mayor
está compuesto por pasillos más estrechos y sinuosos bajo la sombra de los
ficus que proporcionan un ambiente más umbrío y fresco.
Los caminos confluyen en pequeñas glorietas
con fuentes en el centro aisladas visualmente del resto de los jardines por
barreras vegetales y arquitectónicas cómo una barrera de cipreses podados en
forma rectangular o bancos y muretes de azulejo, cómo los que podemos encontrar
en la glorieta José García Ramos.
Sorprendentemente
la afluencia de turistas dentro de estos jardines es muy esporádica y si acaso
podemos encontrar a parejas o lectores en busca de un lugar silencioso y aislado,
pero a pocos metros del paso de la gente.
Es una pena que ninguna de las fuentes de los
jardines de Murillo funcione y estén vandalizadas ya que el sonido del agua
podría embellecer más el lugar, especialmente por la noche antes del cierre del
parque cuando la luz de las farolas junto al olor de la dama de noche (Cestrum
nocturnum Linn.) crea un ambiente adecuado para la relajación o la lectura.
En una de las glorietas se reúne regularmente
un pequeño grupo de lectura de estudiantes extranjeros que aprovechan cualquier
momento para desenvolverse mejor con en español.
La puerta por calle San
Fernando (antiguo Bar España y actual Oriza) siendo donde se contempla una de
las mejores perspectivas del paseo, está permanentemente cerrada.
El trazado en planta del
paseo de Catalina de Ribera presenta una clara disposición longitudinal,
concebida para el tránsito, mientras que el de los jardines de Murillo
responde, por su ubicación y diseño, a un recinto más recoleto.
El paseo se estructura
mediante un eje central y dos ejes secundarios, paralelos a aquél y dispuestos
a ambos lados, que se configuran por parterres delimitados por pretiles de
fábrica y azulejería.
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El corredor central ofrece
la mejor perspectiva de la fuente monumento a Colón y es muy utilizado cómo
lugar de juego para niños. La mitad norte de este corredor dispone de un área
con elementos de juego para los niños y la mitad sur queda vacía y es utilizada
cómo lugar de recreo, más tranquila que la anterior, tiene bancos con respaldo
de hierro y otros de cerámica, no precisamente sevillana, sino de origen
castellonense.
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EL
MONUMENTO A CRISTOBAL COLON
En 1921 se levanta en el
centro del Paseo el monumento a Cristóbal Colón. Fue idea de don José Laguillo,
que inició una suscripción popular para financiarlo.
El monumento, que aporta el
elemento vertical de compensación compositiva al paseo, fue diseñado por el
arquitecto Talavera y ejecutado por el escultor Lorenzo Coullaut-Varela
gratuitamente, y está dedicado a Cristóbal Colón, en consonancia con los
eventos de la Exposición Iberoamericana de 1929, momento en que se realizó.
El eje central es interrumpido
en su punto medio por un amplio espacio circular centrado por una fuente,
también circular, sobre la que se alzan, encima de un pedestal con bustos de
Colón y los Reyes Católicos, dos columnas que soportan un entablamento coronado
por la figura de un león y, a medio fuste, las proas de las carabelas
El eje central es
interrumpido en su punto medio por un amplio espacio circular centrado por una
fuente, también circular, sobre la que se alzan, encima de un pedestal con
bustos de Colón y los Reyes Católicos, dos columnas que soportan un
entablamento coronado por la figura de un león y, a medio fuste, las proas de
las carabelas.
|
Medallón a Cristobal Colón |
Estaba rodeada la fuente por
balaustradas circulares.
Sobre el basamento con los
medallones que contienen el busto de Cristóbal Colon y el escudo de los Reyes Católicos
se elevan las dos columnas de piedra artificial con imágenes en bronce de las
carabelas y los nombres de Isabel y Fernando y sobre el entablado a veintitrés
metros de altura, un león de mármol, esculpido por D. Lorenzo Coullat Varela.
En reformas posteriores
desaparecieron las balaustradas que cerraban la glorieta, así como los bancos
incorporados.
MONUMENTO
A CATALINA DE RIBERA
Muy cercana a la fuente
monumental está la fuente parietal, adosada al muro de cerramiento de los
jardines del Alcázar, dedicada a Catalina de Ribera, benefactora de la ciudad
con la fundación del Hospital de las Cinco Llagas. Cuenta con una estructura
arquitectónica de estilo neomanierista diseñada por el mismo Talavera y Heredia
con pinturas alusivas a la dama, más los restos de otra fuente.
Esta fuente se realiza
aprovechando elementos de la fuente renacentista de don Pedro en compuesta de
brocal labrado y un frontón con figuras en bajo relieve, la fuente del siglo
XVI, estuvo en la Plaza del Pumarejo donde se instaló en el Asilo de los
Toribios desde 1802 a 1837.,. Talavera realiza una fuente de corte clásico,
inspirado probablemente en la que se encuentra en la casa de los Pinelos,
atribuida a Juan de Oviedo.
Talavera recurre a Manuel de
la Cuesta y Ramos para el azulejo central y las pinturas originales, que se
perdieron en los años sesenta, siendo la actual obra de Francisco Maireles, en
el centro preside la obra el escudo de la ciudad de Sevilla. La fuente incluye
algún elemento neobarroco, como el frutero que remata la fuente. El Cardo se
encuentra con el Decúmano, en una gran plaza circular, con un monumento de
Coullaut Valera, cargado de simbolismo.
Catalina de Ribera
(c.1450-13 de enero de 1505) fue una noble andaluza, de la casa de Ribera.
Fundó el Hospital de las Cinco Llagas de Sevilla, y también se le debe la
construcción de la Casa de Pilatos y una amplia reforma del Palacio de las
Dueñas, considerados las dos principales residencias nobiliarias de dicha
ciudad.
En 1895 el Ayuntamiento de
Sevilla, para honrar su memoria, acordó dar su nombre a un paseo al sur de los
Alcázares. En el paseo de Catalina de Ribera se plantaron hileras de árboles en
1898 y fue ajardinado en 1920. En 1921 se colocó en estos jardines un monumento
con su efigie.
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Entre 1917 y 1923 el mismo
arquitecto, modificando el proyecto del también arquitecto, Antonio Gómez
Millán, fue el encargado de acondicionar el nuevo Paseo de Catalina de Ribera
para la exposición iberoamericana de 1929 conservando su diseño hasta hoy.
Salvo una fuente situada en el extremo sur del paseo que actualmente está
enterrada debajo de un Drago - Dracaena drago que planto el Presidente del
Cabildo de Canarias.
El paseo Catalina de Ribera,
dada su ubicación en el límite que separa el casco antiguo con San Bernardo es
el espacio verde más transitado del casco antiguo. Para los habitantes de la
zona centro es el espacio verde más cercano y de mayor superficie que sirve
como zona de transición entre el centro peatonal y el barrio de San Bernardo
abiertas al tráfico. La avenida Méndez Pelayo se usa cómo ronda de
circunvalación del casco antiguo.
El acceso al Paseo de
Catalina de Ribera desde la calle San Fernando suele hacerse por uno de los
laterales, estando la entrada principal muchas veces cerrada.
Justo delante existe esta
pequeña glorieta con un drago - Dracaena drago en su centro rodeada de césped y
flores de temporada. Una composición contemporánea que esconde una bella fuente
desaparecida hace décadas., salvo una fuente situada en el extremo sur del
paseo que actualmente está enterrada debajo de un Drago - Dracaena drago que
planto el Presidente del Cabildo de Canarias.
Como se puede comprobar en
las postales de la época, la fuente toma como modelo la del Hospital de los
Venerables o la del convento de Los Terceros, con varios escalones hacia abajo,
un surtidor central y un pequeño estanque. Alrededor se colocan pedestales de
ladrillo con jarrones cerámicos con figuras de león, todo ello completado con
macetas y geranios. La imagen fotográfica de unos años después muestra ya una
primera remodelación, un seto alrededor del perímetro de la fuente que evitara
el acceso o las caídas.
La superficie que ocupaba la
fuente, conocida en el argot jardinero como el “reñidero de gallos “desapareció
con motivo de las obras de ampliación y remodelación de la Plaza Juan de Austria
(la comúnmente llamada La Pasarela), cuando se sacrificaron por la presión del
automóvil, ídolo de oro de la época, las ocupaciones de veladores del
tradicional Bar España que tantas veces habían acompañado a la fuente desaparecida.
Por ultimo destacar la
portada de la Huerta de la Alcoba, del real Alcázar, obra de José Gómez Millán,
encargada por la Casa Real y finalizada en 1921.Entrada a los jardines de los
Reales Alcázares y a la antigua Huerta del Retiro
Otro monarca al que Sevilla
le debe singular gratitud, don Alfonso XIII, cedió a la ciudad otra gran parte
de la huerta, en la que se formaron los Jardines de Murillo, derribándose
entonces un extenso lienzo del Muro del Agua y poniéndose en comunicación el barrio
de Santa Cruz con tan ameno paraje.
La Huerta del Retiro no se llamó
en lo antiguo con este nombre, en el curioso “Inventario de los Bienes del Alcázar “, impreso en 1754,
al hablar de este lugar se dice “La finca situada en la torrecilla que está en
el callejón que va de la plaza de las Banderas a la Huerta del Parque, que
comúnmente llaman Huerta del Retiro.”
En tiempos del último rey de
España, lo poco que quedaba de esta huerta se transformó en jardines, no muy
conformes con el estilo del palacio y los huertos sevillanos, poniéndose en el límite
de ellos la hermosa portada del Palacio de los Duques de Arcos de Marchena “
La descripción nos habla de
la Huerta del Retiro con los actuales Jardines de Vega Inclán en los Reales Alcázares,
de la Escuela maternal y de los Jardines de Murillo actuales, que formaban la
huerta.
Hasta 1860 esta zona era
parte de los terrenos del Alcázar de Sevilla, la llamada "huerta del
Retiro". En esta fecha el Patrimonio Real cedió esta parcela a la ciudad.
A partir del siglo XIX las
ciudades españolas decidieron sortear los muros de las ciudades o derribarlos
para mejorar las comunicaciones viales. Esta mejora de las comunicaciones de
los barrios se conocía como "ensanche". El camino que bordeaba a la
antigua ciudad amurallada era una sucesión de avenidas conocida como Ronda
Histórica.
Desde comienzos del siglo XX hubo varios
proyectos para intentar unir urbanísticamente el barrio Santa Cruz (intramuros)
con la Ronda.
En 1904 Pedro de León y
Mangón hizo un plano con una vía que iba desde el inicio de la calle Mateos
Gago al paseo Catalina de Ribera. En 1909 el arquitecto Juan Talavera y Heredia
aludió a la oportunidad de realizar un camino que uniera la plaza de Santa Cruz
y la plaza de Refinadores.
A comienzos del siglo XX el
monarca Alfonso XIII cedió los terrenos, al Ayuntamiento de Sevilla como antes
se ha referido, donde en la actualidad están los jardines de Murillo. En la
zona había trozos de muralla y la tapia de la huerta del Retiro. En 1911
algunos de estos trozos y la tapia fueron derribados para crear una zona verde
que comunicase el sureste del barrio Santa Cruz con la Ronda Histórica. El
nombre de Jardines de Murillo fue propuesto por el director del periódico El
Liberal, José Laguillo y Bonilla, en honor del pintor homónimo.
“Todas estas propuestas e
intentos dieron lugar a la realización de una petición formal al Rey D. Alfonso
XIII de los terrenos necesarios de la Huerta del Alcázar. No obstante, no
apareció nada oficial hasta 1910 en que se hizo un proyecto de escritura. El
Intendente Coronel de Ingenieros Salomón Jiménez envió en mayo de dicho año al
Marqués de Borja, Intendente General de la Real Casa y Patrimonio, bases y
plano "para la cesión de parte de la Huerta del Retiro perteneciente al
Real Patrimonio, apertura de nuevas entradas al barrio de Santa Cruz y trazado
de carreteras y jardines en la parte cedida"
Una vez entregados los
terrenos al Municipio, Juan Talavera y Heredia se encargó de realizar la
memoria y planos de los proyectos de apertura de calles y del muro de cerramiento
de ese lado de la Huerta. En su plano, y a diferencia del de Salomón Jiménez,
las dos vías planteadas no convergen en el Paseo adyacente, sino que
transcurren paralelas.
Estos jardines se encuentran
situados entre la calle Maternal (muralla del Alcázar) y las plazas de
Refinadores y de Alfaro en el barrio de Santa Cruz, cerca de la Puerta de la Carne
tienen 8.500 metros cuadrados.
En 1915 el arquitecto Juan
Talavera y Heredia diseña el nuevo jardín que sería bautizado como el Jardín de
Talavera hasta 1918 cuándo pasó a llamarse el Jardín de Murillo en honor al
pintor que vivió en sus cercanías durante el siglo XVII.
Esta distribución
longitudinal contrasta con la que anteriormente el arquitecto aplica a los
Jardines de Catalina de Ribera, en forma de glorietas. Los jardines se
conocieron al principio como jardines del Retiro, ya que formaba parte de la
Huerta del Retiro del Alcázar donado a la ciudad en 1911, la construcción
finalizo en 1921.
En aquel espacio se hicieron
jardines llamados de Murillo, jardines pequeños y bellos, pintorescos y
apaisados, de marcado sabor sevillano, que comienzan en las espaldas de las
casas desde Alfaro a Refinadores, cubiertas de jazmines y rosales de arriates
hechos al pie de ellas, y un paseíto de terraplén con tres pérgolas de columnas
cubiertas de trepadoras, sobre escalinatas para bajar a la planta de los
jardines.
Las calles de los jardines
van delimitando cinco glorietas.
La planta está formada con
tres calles, que parten de las escalinatas y llegan a Catalina de Ribera, y
tres paseítos transversales, que forman con las calles cuadros y macizos
rodeados de evónimos y llenos de plantas y flores, de árboles y palmeras.
- La primera calle, en la
Plaza de Alfaro, bordea la tapia del ángulo del huerto nuevo del Alcázar,
cubriéndose el paramento con enredaderas y trepadoras y tres bancos de
respaldos de azulejos fronteros a los paseítos transversales. Hoy calle Antonio
el Bailarín
- La segunda calle con tres
glorietas, fuentes de mármol y de azulejos, y asientos con respaldos alicatados
también, de diferentes dibujos y escudos heráldicos
. En la primera glorieta,
junto a los bancos, que tienen la particularidad de huecos en sus extremos
alicatados llenos de tierra y con pita real sembrada, hay unos pilares bajos
con capiteles árabes expuestos y macetas sobre ellos, también adornan las
travesías dos arcos formados por cipreses.
Las plantas han desaparecido
en los huecos que nos describe la historia. producto de continuos actos
vandálicos y robos, las fuentes han sido modificadas, los capiteles árabes
originales fueron trasladados al Museo Arqueológico Municipal de la Torre Don
Fadrique y sustituidos por copias.
En la glorieta del centro,
hay en los cruces cuatro pórticos de verdura, sobre pilares de mampostería y
remates de azulejos se elevan arcos de hierro labrado cubiertos de trepadoras,
y entre los pilares y detrás de los bancos hay columnas encadenadas. Las
cadenas que junto con las columnas de mármol cerraban el perímetro de las glorietas,
en parte han desaparecido restándole atractivo a estas.
En la tercera glorieta,
adornada como la primera con dos arcos de cipreses y fuente, también hay
pilarillos bajos adornados con macetas (desaparecidas) y capiteles visigodos.
Estos jardines están divididos en dos partes
por la calle Nicolás Antonio, que enlaza los Jardines de Catalina de Ribera con
la Plaza de Santa Cruz.
En los jardines de Murillo,
con un estilo más romántico que el paseo, podemos observar las fuentes y los
bancos de azulejo de estilo neomudéjar.
Se juega con el contraste
entre el blanco y el azul en los azulejos cuadrados de los bancos, en las
fuentes de mármol y en los azulejos rectangulares en el borde del arriate del
paseo Catalina de Ribera. En el paseo, con espacios más abiertos cómo los
jardines de estilo francés, gracias a la simetría de su distribución, a los azulejos
en los arriates, la muralla y las baldosas orientadas diagonalmente se consigue
potenciar una sensación de profundidad que incita a avanzar.
Los jardines de Murillo,
como evoca Romero Murube, están dentro del "canon sevillano, es decir, del
jardín pequeño o del jardín grande formado por la suma de nuestros pequeños
jardines”. Con fuentes y asientos de ladrillo y azulejo, con sus pequeñas
glorietas entrelazadas, representa un ejemplo purísimo de jardín andaluz,
guardando el recogimiento y misterio de los rincones musulmanes andaluces, y
poseyendo ese carácter recoleto de muchas plazas sevillanas, algunas de las
cuales corresponden al propio Juan Talavera.
Por su fragmentación, su
silencio, su sombraje y fuentes bajas, responde a la estética sevillana de jardín,
a la que se añadió una nota funcional y moderna en la disposición cómoda de los
paseos trazados por el ingeniero. Pero hubo, además, una evocación clásica en
sus elementos arquitectónicos: la fuente de tres tazas escalonadas en mármol,
trasladada a una de las glorietas desde las Casas Consistoriales por el Sr.
Doblado; fuente hoy desaparecida, tras su destrozo, por el auténtico vandalismo
que se está imponiendo en nuestras ciudades y la falta de respeto por objetos y
lugares públicos, que están padeciendo de un modo alarmante los jardines y el
mobiliario urbano sevillano.
El conjunto del jardín fue
transformando su estructura con la variación y crecimiento de los árboles. Entre
éstos, destacaría los cinco Ficus macrophylla - Higuera de Bahía de Moretón que
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Ficus macrophylla - Higuera de la Bahía de Moreton |
Llaman la atención por su
corpulencia y sus agresivas raíces, las mahonias, Mahonia japónica, los
Clerodendron fragans y la Nandina doméstica o las Abelia floribunda y Viburnum
odoratisimum ya convertidos en árboles, muchos de ellos han desaparecido por el
abandono que han sufrido desde hace tiempo estos jardines.
La situación de los jardines hoy es
absolutamente deplorable, capiteles arrancados, rotos y saqueados, bancos y
azulejos deteriorados, pobres huellas de haber existido fuentes y surtidores. Y,
a pesar de ello, el jardín aún se hace silencio, sosiego, umbría; mientras los
grandes y viejos troncos de los ficus siguen alargando sus raíces, bajo el
pavimento, sobre la tierra, pletóricos de vida, testigos mudos de una
destrucción vandálica.
En 1976 se pavimentaron
los caminos con losas de ladrillo y enchinado, en juego de damas y escuadras de
cerámica en los bordes. Los paseos fueron alberados en la restauración
posterior realizada con Fondos Europeos.
En el año 2001 se llevó a
cabo una importante restauración de todos los elementos decorativos que habían desaparecido.
Fuentes, bancos, respaldos de hierro, pérgolas etc…así como el Monumento a
Catalina de Ribera, las diversas glorietas de los paseos y jardines de Murillo
y el propio Monumento a Colon.
La restauración de los
jardines incluyó la reposición de los setos de Euonymus japonicus por los de
arrayan.-Mirthus communis, plantación de sotobosques con arbustos y los
cubresuelos con Hedera hélix.-hiedra. La red de riego fue adaptada a las nuevas
plantaciones.
GLORIETA
DE GARCIA RAMOS
El jardín se conformó a base
de glorietas. La más destacada, por su estructura y significado, fue la
dedicada a otro pintor sevillano, José García Ramos. Esta glorieta fue
solicitada por una serie de artistas de Sevilla al Ayuntamiento el14 de febrero
de 1917. Los propios artistas sufragaron las distintas obras, de cerámica,
arquitectura, escultura o cerrajería.
La glorieta no se finalizó
hasta mayo de 1923
Tiene en su centro una
fuente baja de azulejos, de recuerdo hispanomusulmán, y está rodeada por bancos
de cerámica pintada que reproducen cuadros pictóricos de García Ramos, en los
cuales intervinieron Miguel Ángel del Pino, Alfonso Grosso, Santiago Martínez,
M. Vigil Escalera, Diego López, Francisco Palomino
Uno de los accesos está
enmarcado por una puerta adintelada con frontón y de estilo barroquizante
sevillano, en ladrillo entallado, con un retrato de García Ramos ejecutado por
Manuel de la Cuesta. Los otros accesos se forman a través de cipreses
recortados en arco. En ella colaboraron también Agustín Sánchez Cid y José del
Pando, siendo trazada por el arquitecto Juan Talavera y Heredia. Fue él
precisamente quien, el día de la inauguración, ensalzó y justificó la obra con
estas palabras: "No se quiso hacer el frío monumento de piedra y bronce,
sino una pequeña e íntima glorieta de ladrillos y azulejos pintados, en los que
con veneración y cariño los discípulos han demostrado que conservan en sus
almas las enseñanzas recibidas. No podía tener el monumento lugar más apropiado
En el friso del pórtico se
puede leer: "A la grata memoria del insigne pintor D. José García Ramos por quien el
espíritu de la Sevilla de su tiempo alentará siempre sus cuadros en que sus pinceles
aprisionaron chispas del sol de la ciudad de sus amores sus discípulos para
gloria del inmortal artista le dedican este monumento".
En la cerámica se
representan distintos cuadros de este pintor. La distribución de la glorieta no
cambia con respectos a las glorietas sencillas repartidas por estos jardines,
bancos de cerámica trianera y surtidor central bancos y copas de cerámica,, lo
que si aparece es una portada neobarroca en ladrillo tallado, con la
inscripción que más arriba se ha
detallado, continuamente vandalizada los cuadros originales, fueros sustituidos
y se guardan en las Oficinas del Servicio de Parques y Jardines los que
pudieron salvarse de las agresiones que sufrieron por robos intencionados y
algunos estallados al hacer fuego junto a los mismos
En el año 2001 se llevó a cabo una
importante restauración de los jardines con Fondos Europeos.
Se renovaron
pavimentos, elementos ornamentales, red de riego y plantaciones.
La sucesión de actos
vandálicos han sometido estos jardines a un abandono intolerable en una ciudad
que presume de turística
La pequeña casa del Guarda
habitada durante muchos años por el Inspector del Servicio de Parques y
Jardines D. Fernando Real Balbuena, también es un elemento a destacar, construida
en 1916, y modificada parcialmente, Talavera diseña una casa con influencias
regionalista. Que recuerda a otras casas del autor como la casa de los Hijos de
Vicente Aceña (1913), donde los miradores se funden con la fachada de la casa.
Con relación al estilo del
jardín, podríamos encuadrarlos en el prototipo del jardín sevillano, que se
caracteriza porque en él conviven de forma armónica los azulejos trianeros, las
fuentes y el agua; la creación de estos espacios reducidos e intimistas que
invitan a la meditación solitaria o al sentimiento romántico tal vez provenga
de reminiscencias andalusíes.
Así mismo en el lado norte
del parque, es decir aproximándonos a la Puerta de la Carne, el paseo de
Catalina de Ribera conecta con un acceso, pegado a las casas del barrio Santa
Cruz, donde se deja ver una torre y algunos trozos de la vieja muralla de la
ciudad, y se quedan al descubierto algunas canalizaciones que trasportaban el
agua desde los Caños de Carmona hasta el Alcázar.
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Jardines de Murillo - Casa del guarda |
En el 2005 todo esto se
estructuró en una corta y tranquila calle que se dedicó al ilustre sevillano
Antonio el bailarín.
En la calle Antonio el
Bailarín, perpendicular al paseo de Catalina de Ribera podemos encontrar la
Escuela Maternal María Inmaculada es un edificio de la Junta de Andalucía de
una sola planta, adosado al muro cerramiento que separa los jardines del
Alcázar de los de Murillo y dos horribles puestos orientados al turismo con
bebidas, aperitivos y recuerdos.
CERRAMIENTO
Y ACCESOS
Para paliar los actos de
vandalismo y llevar a cabo un control de uso de los jardines el
Ayuntamiento en 1996 construyo un
cerramiento para los jardines, estos se enjaularon, divididos sobre todo los de
Murillo, complicado por las distintas circulaciones peatonales que los
atraviesan, la decisión no fue acertada, las Asociaciones de Vecinos reclamaban
mayor presencia policial los fines de semana ,días de concentración por la
noche de cantidad de jóvenes dedicados
al consumo de alcohol, que tomaban los jardines como lugar de divertirse hasta
altas horas de la madrugada, dejando un rastro de suciedad, malos olores y
ruidos que nada tenían que ver con el romanticismo de los jardines.
Los que conocimos los
jardines sin cerramiento alguno, añoramos la atmosfera del jardín, que se
disfrutaba antes de que se tomara esta decisión.
Los vecinos consideraban el
cerramiento de los jardines como la última instancia.
La ineficacia de la obra que además de haber
alterado el paisaje y la historia de los jardines ha dado como resultado a
todas luces, una inversión infructuosa ya que los actos vandálicos han seguido
produciéndose después del cerramiento de los mismos, solo con dar un vistazo a
las hemerotecas de observan que las continuas quejas de actos vandálicos no han
dejado de existir...
La Plataforma Ciudadana por
los Parques, los Jardines y el Paisaje de Sevilla ha puesto de manifiesto en
varias ocasiones y desde hace años, los actos de vandalismo que han sufrido y
están sufriendo estos jardines tanto en sus elementos decorativos, bancos
fuentes y glorietas, como en las plantaciones existentes.
A modo de recordatorio los
daños ocasionados en las fuentes que han sido restauradas sin reproducir su
estado original, bancos y reproducción
de capiteles rotos (los originales fueron depositados en el Museo Arqueológico
Municipal ante la sustracción de alguno de ellos). Las columnas de mármol que
conforman las glorietas sucias de óxido de hierro producido por el riego con
las aguas freáticas que se utilizan para el riego de los jardines. La pequeña
pérgola y las cadenas que cierran las glorietas desaparecidas, la vegetación
falta de reposición, todas estas denuncias quedan recogidas en distintas
informaciones y denuncias remitidas al Ayuntamiento.
Separados por el cerramiento
y el carril bici instalado con fachada a la Avenida, desde hace años aparecen
los kioscos bares arruinados y los de chucherías cerrados, que junto al pino
secado ofrecen un paisaje urbano desolador para el que entra por primera vez a
Sevilla, los autóctonos nos hemos habituado a estas imágenes a pesar que nos
desagradan, el Ayuntamiento debe hacer algo para evitar estas desagradables
vistas del paisaje urbano de la ciudad.
Calle Paseo Catalina de
Ribera: Es la calle que da acceso por la cara norte al paseo del mismo nombre,
de fácil acceso ya que a diferencia de los dos accesos anteriores no cuenta con
desnivel, es usado principalmente como entrada o salida de los que usan el
paseo cómo atajo y para acceder al parque infantil.
Avenida Méndez Pelayo: Es la
entrada que sirve de acceso a los transeúntes procedentes de la cara oeste del
recinto, la puerta principal se encuentra en la mitad del paseo Catalina de
Ribera y desemboca delante de la fuente monumento a Colón.
Calle Nicolás Antonio: Es
una calle abierta sólo al tráfico de los residentes que sirve de aparcamiento y
atraviesa tanto los jardines de Murillo cómo el paseo de Catalina de Ribera desde
la avenida Méndez Pelayo hasta la Plaza de Santa Cruz. Su uso prácticamente se
reduce a los residentes que buscan aparcamiento o a los transeúntes que la
cruzan atravesando el parque.
Calle San Fernando: Parece
que este acceso es la principal vía de entrada para los transeúntes que usan el
parque cómo vía de paso y es dónde se sitúan los voluntarios de distintas
asociaciones y encuestadores.
Además de las mencionadas,
el paseo de Catalina de Ribera cuenta con otra entrada por la que se podría
acceder al Alcázar, pero está cerrada y diversas entradas que dan a la avenida
Méndez Pelayo que están cerradas con cerrojo.
El recinto se encuentra
vallado totalmente, el vallado se levantó a finales de 1998 debido al
vandalismo que sufrían los jardines y a que era usado para hacer “botellonas”
hasta que el 7 de noviembre de 1998 murió un hombre apuñalado, y en el Domingo, 1 de agosto de 1976 escribía la
prensa local, hizo explosión una bomba en los jardines de Murillo, en Sevilla,
cerca del monumento a Colón y junto a las murallas del Alcázar. Dos hombres
resultaron muertos, uno de ellos en el acto, materialmente despedazado, y el
otro a los pocos minutos. Todo ayudo al cierre delos jardines.
. Es una pena que no los
cuiden con más detalle, como profesional sé de las dificultades que supone en
Sevilla el cuidado de las zonas verdes, me imagino lo difícil que es mantener
las plantas en perfecto estado con 45º y más de temperatura, y una presión
humana de miles de visitantes que pateamos todo sin piedad, pero que importa
eso, Sevilla es un ciudad divina, con millones de visitantes y turistas, con
recursos, el punto estético de la ciudad tendría que ser el principal interés
de sus gobernantes, la belleza de los rincones, de los jardines, y de sus zonas
verdes deberían ser primordiales.
PLAZA
DE ALFARO
Formando parte del conjunto
de los Jardines de Murillo se encuentra la Plaza Alfaro Esta plaza se encuentra
en un lugar privilegiado de Sevilla, limitando con el callejón del Agua y los
jardines de Murillo, y siendo una de los accesos directos al Barrio de Santa
Cruz.
Plaza Alfaro: Esta entrada
la podríamos calificar cómo la más turística ya que es usada mayoritariamente
por grupos de turistas que viene de ver las juderías del barrio de Santa Cruz
recorriendo la parte exterior de la antigua muralla paralela al callejón del
Agua.
Desde finales del siglo XVI
era conocida como Plazuela del Obispo Esquilache, en honor a Don Alonso
Fajardo, Canónigo de Sevilla que vivió en esta plaza.
A finales del siglo XVIII se
rotuló con su actual nombre en honor a Francisco de Alfaro, ilustre jurista de
Indias, que nació allí hacia 1551.Este jurista publicó las Ordenanzas de
Alfaro, donde señaló los abusos a los que eran sometidos los indios.
PLAZA
DE REFINADORES
Otra Plaza que se incorpora
al conjunto de los Jardines de Murillo, es la Plaza de Refinadores contigua a
dichos jardines y como la Plaza de Alfaro antesala de acceso al Barrio de Santa
Cruz...
Se trata de una plaza de
planta sensiblemente rectangular, que se presenta bordeada de casas y edificios
residenciales de poca altura.
Adosada a los Jardines de
Murillo, la plaza está dotada de los buenos espacios de sombra que le proporciona
su arbolado de porte medio y alto existente a su alrededor. - Styphnolobium
japonicum - sófora del Japón. En el centro aparecen alcorques circulares y
elevados a modo de bancos, de donde parten dos esbeltas palmeras Phoenix
canarienses salvadas momentáneamente del agresivo ataque del Rynchophorus ferrugineus
- picudo rojo - que ha dado muerte a tres en la plaza y a otras muchas palmeras
de esta especie en la ciudad, estas ayudan a componer una agradable imagen de
conjunto.
En el centro de la plaza se
encuentra el monumento a Don Juan Tenorio, del año 1975. Se representa en una
figura de pie con el atuendo clásico del siglo XVII, obra del escultor
Nicomedes Díaz Piquero. En el pedestal figuran la descripción del personaje,
según los versos de Zorrilla, y el inicio de la famosa escena del sofá.
Podemos decir que el Paseo
Catalina de Ribera y jardines de Murillo toma un cierto papel protagonista en
las fechas de Semana Santa, pues algunos pasos de los que procesionan por las
calles de Sevilla cruzan por él y llenan el momento de gran belleza. Es un
lugar muy recomendado y en el que se puede disfrutar de la Hermandad de la
Candelaria, aunque otras como Redención también han tomado este itinerario
alguna vez...
Los jardines se han
convertido en plató cinematográfico y, al igual que ocurriera hace unos meses
con Juego de Tronos, en esta ocasión se trató también del rodaje de una nueva
producción norteamericana. La cadena NBC ha elegido varias localizaciones de
los Jardines de Murillo y de los Reales Alcázares para rodar varias escenas de
su nueva serie Esmeralda City, basada en la novela El maravilloso Mago de Oz,
de L. Frank Bum.
VEGETACION
EXISTENTE DENTRO DE AMBOS JARDINES
Nos adentramos así en el eje
central de los jardines en el que a un lado y a otro, y dispuestos en parterres
rectangulares, encontramos, setos de bonetero (Euonymus japonicus), yucas (Yuca
spp.), adelfas (Nerium oleander) y celindas (Philadelphus coronarius), y
dirigiendo nuestra mirada hacia la muralla de los Alcázares encontramos
plátanos (Platanus x hybrida) aligustres (Ligustrum japonicum), justicias
(Justicia adhatoda) y acantos (Acanthus mollis). También en la muralla,
apreciamos malvaviscos (Malvaviscus arboreus), pacíficos (Hibiscus
rosa-sinensis), nandinas (Nandina domestica) de flores blancas y frutos rojos,
duranta (Duranta repens) y membrilleros del Japón -Chaenomeles japónica...
Volviendo sobre nuestros
pasos a la calle central encontramos una palmera datilera (Phoenix dactylifera)
decorada en su tronco por un rosal trepador Dorothy Perkins, así como una bosea
(Bosea amherstiana) con flores verdosas y frutos carmesí. Justo antes de llegar
al monumento a Colón encontramos conjuntos de celestinas (Plumbago auriculata),
naranjos, palmeras de la suerte (Trachycarpus fortunei) y un centenario sauzgatillo
(Vitex agnus-castus).
En torno al monumento:
árboles de Júpiter (Lagerstroemia indica), de hojas redondeadas y color verde
claro, y uno de los pocos capaces de soportar el periodo de verano sevillano.
Dejando atrás la fuente, en la que también encontramos cañas de Indias y setos
de mirto, y ahora Berberis thunbergii var atropurpurea que junto con el seto de
arrayan,.-Mirthus communis es la única decoración vegetal que sustenta, seguimos
el recorrido hacia los jardines de Murillo (descritos en otro lugar) por la
calle más cercana a los Alcázares.
Aquí podemos encontrar fresnos, dombeyas
(Dombeya x cayeuxii), acacias negras (Gleditsia triacanthos), jazmines, así
como tuyas y robinias (Robinia pseudoacacia), junto con Eugenia myrthifolia - Eugenia,
introducidas en plantaciones que sin orden ni concierto se vienen realizando
sin tener en cuenta el carácter histórico de los jardines.
Nos adentramos así en el eje
central de los jardines en el que a un lado y a otro, y dispuestos en parterres
rectangulares, encontramos, setos de bonetero (Euonymus japonicus), yucas (Yuca
spp.), adelfas (Nerium oleander) y celindas (Philadelphus coronarius), y
dirigiendo nuestra mirada hacia la muralla de los Alcázares encontramos
plátanos (Platanus x hybrida) aligustres (Ligustrum japonicum), justicias
(Justicia adhatoda) y acantos (Acanthus mollis). También en la muralla,
apreciamos malvaviscos (Malvaviscus arboreus), pacíficos (Hibiscus
rosa-sinensis), nandinas (Nandina domestica) de flores blancas y frutos rojos y
duranta (Duranta repens).