Los
parques y jardines han evolucionado a lo largo de la historia del hombre
adaptándose en cada momento al uso que eran destinados, así como al carácter y
la idiosincrasia del grupo humano por el que y para el cual fueron creados.
La
concentración de la población en zonas metropolitanas y el despoblamiento
acusado de zonas rurales, ha creado grandes desequilibrios territoriales que
han agravado los problemas medioambientales y su relación con el entorno.
En
algunas zonas turísticas la población de hecho llega a triplicarse debido a la
afluencia veraniega o el acusado desarrollo de las conocidas como ciudades
dormitorio. Las previsiones demográficas para este siglo son de reducción de la
población, sin embargo, las migraciones desde núcleos rurales a núcleos urbanos
continuarán, ampliándose con la llegada de inmigrantes de otros países.
La
ciudad tradicional ha sido de poblamiento denso, heterogénea en cada barrio con
áreas compactas, sin embargo esta compacticidad se rompió con el desarrollo en
las últimas décadas de urbanizaciones discontinuas con la ocupación extensiva
del territorio y la congestión en áreas centrales, un gran aumento de la
movilidad y longitud de desplazamientos, la congestión de tráfico, el aumento
de consumo de energía y agua, la mayor producción de residuos, etc... y la
degradación de los espacios naturales que las han albergado.
En
grandes ciudades y en muchos pueblos se ha consumido más suelo en los últimos
40 años que en toda su historia anterior.
Los
procesos históricos de urbanización y desarrollo han producido y están
produciendo fuertes impactos ambientales en los sistemas naturales. Aunque se
está actuando en materia de medio ambiente, son escasas las estrategias
adoptadas de cooperación con visión de futuro.
Por
otra parte no podemos olvidar, en líneas generales, unos hechos que son
evidentes: la precarización generalizada del mercado de trabajo, sus
dificultades de acceso, principalmente de los jóvenes, el envejecimiento de la
población, el descenso de la fecundidad, la incorporación de grupos étnicos
poco integrados en la vida de la ciudad, el incremento de la marginación, el
amplio desarrollo de la economía de la delincuencia ligada al tráfico de
drogas, las formas chapuceras de economía, ventas ambulantes, contrataciones
informales y otras muchas más que son la base de gran parte de la pobreza,
marginalidad y delincuencia de la actual sociedad que se manifiesta en mayor
grado en las ciudades y de la que no escapan los parques y áreas verdes.
Qué
duda cabe que, a esta sociedad, con problemas específicos distintos a los que a
lo largo de la historia han venido produciéndose debe darles respuesta.
Hablar
de una política de recuperación de espacios urbanos sin mencionar los ejes
fundamentales de la política urbanística se hace difícil.
La
reconstrucción y revitalización de la ciudad ha sido y es uno de los objetivos
fundamentales de cualquier equipo de gobierno. Este objetivo pasa por hacer más
habitables nuestros centros históricos y conseguir una mejora de la calidad de
vida en los barrios y las nuevas urbanizaciones.
El
protagonismo de la ordenación urbanística se concreta en la política de los
Planes Especiales de análisis de detalle de cada barrio, que se materializa en
la realización de proyectos urbanos.
Los
proyectos de detalle deberán de satisfacer las demandas y las características
propias de cada barrio, su ordenación viaria, su política de aparcamientos, la
reordenación del transporte público, la política de vivienda, que son ejes que
acaban conformando esta ciudad del futuro que todos deseamos.
El
espacio público debe aumentar la superficie para peatones recuperando calles y
espacios incontrolados o utilizados indebidamente para la circulación,
aparcamiento u otros fines no peatonales.
Debe
primar el uso social de estos espacios, procurando que no sean sólo zonas para "mirar",
sino para "utilizar", lo que hace necesario que haya espacios
de usos múltiples flexibles para cualquier manifestación, ya sea deportiva,
cultural o asociativa.
En
muchas ocasiones las demandas de los vecinos se orientan sobre "zonas
verdes", es decir zonas de pavimentos blandos con abundante vegetación
y con elementos tradicionales de mobiliario urbano, funciones que a veces no
son resolubles en espacios de pequeña dimensión y centralidad, son lugares de
encuentro para funciones colectivas, manifestaciones culturales, espectáculos, mítines,
etc... De aquí que su piso deba ser "duro", característica
fundamental de los cascos históricos, sobre todo en zonas de congestión de
gente.
No
creo que sea solo de una ciudad el problema de las movidas, también en las
zonas verdes. Ahora, so pretexto del "ambiente nocturno", un sector
juvenil noctámbulo toma por asalto las zonas verdes para sus
"botellonas". Hielo, cerveza, alcohol y una animada conversación, que
dura hasta la madrugada, congrega esta "movida" en los espacios en la
penumbra, generalmente en climas benignos en los parques y jardines públicos
durante casi todo el año. La fuerte música apaga la voz del jardín, que no pasa
de ser un pretexto, un punto de encuentro. La mañana siguiente se ilumina con
un paisaje desolador de bolsas de hielo, latas de refrescos, botellones de
cerveza, vermouth, ginebra, whisky, multitud de vasos de plástico y cartones.
Son los peores usuarios de la zona porque sólo buscan un lugar de reunión y en
grupo son capaces de arrasar este equilibrio sutil entre cultura y naturaleza.
El vandalismo es producto de la conducta incívica de unos pocos... que cada vez
son más.
Se
han querido, en los últimos años, buscar soluciones a estos problemas con
intentos de actuaciones especificas cuyos resultados han sido irregulares.
Antes
indicábamos que el grado de cultura de un pueblo se medía por el estado de
conservación de sus jardines.
El
crecimiento demográfico, la pérdida de la diversidad biológica, el dispendio
energético, la carga de residuos, la contaminación urbana, el agua, la
ocupación del territorio, la degradación de la naturaleza, el automóvil,
enemigo número uno de la ciudad, la segregación social, etc.… han originado
muchos problemas ambientales y de sostenibilidad que se convierten en temas
clave a los que prestar máxima atención. Se han puesto en marcha eficaces
sistemas para la mejora de la calidad del aire, las aguas potables, la gestión
de los residuos, sin embargo, se acrecientan los problemas vinculados a la
circulación del automóvil, el exceso de ruidos o la pérdida de hábitats
naturales y de zonas verdes víctimas de la especulación o un distorsionado
planeamiento.
Los
responsables del urbanismo municipal estaban empeñados en construir las nuevas
plazas de la ciudad bajo unas características arquitectónicas perfectamente
definidas.
La
mayoría de las plazas terminadas en esta época eran calificadas de "duras".
Se
defendían los técnicos como que "se encuentran dentro de la línea de
vanguardia más avanzada de la actualidad". Con este juicio se
pretendía defender la calidad de su diseño.
Coincidían
en el criterio de que "estas plazas estaban hechas para soportar el
desgaste que sufren normalmente con la presencia de las personas que
habitualmente acuden a ellas: niños y ancianos en especial", pero...
Que
van a durar parece fuera de toda duda.
Una
razón objetiva que avala esta afirmación es que son muy poco frecuentadas. El
implacable sol, la falta de sitios para resguardarse, a veces la dificultad de
acceso, etc... no constituyen un aliciente o invitación a permanecer en ellas.
Algunos de los argumentos con que se defienden los técnicos y políticos
municipales es que se han construido respetando los criterios de los ciudadanos
o propios vecinos del lugar a los que posiblemente nunca se les haya
consultado...
Aceptando
que se integran dentro de una línea urbanística vanguardista, las losas
colocadas como pavimento, la ausencia de arbolado, la carencia de fuentes, no
obedece obviamente a diseños presentados por los ciudadanos o peticiones de
éstos cuya participación ha sido nula.
Hemos
de ser conscientes de que los procesos de degradación nos afectan a todos y en
todas partes, hemos de tomar conciencia de las posibles soluciones a adoptar
para generar un mejor nivel de vida, sin hipotecar los recursos para las futuras
generaciones.
Debemos
de comprender y hacer comprender que las ciudades como están planteadas hoy en
día tienen efectos depredadores sobre el planeta y su propia subsistencia, la
ocupación del territorio, el consumo del agua, de energía, la producción de
residuos, el transporte, la degradación de la naturaleza, son problemas que
crecen de forma alarmante.
Medio
ambiente, calidad de vida, biodiversidad, sostenibilidad, pedagogía etc.… son
palabras muy utilizadas hoy en día y de difícil definición si no son entendidas
como procesos inteligentes de lucha contra los problemas medioambientales; no
son discursos teóricos, ni dogmas, ni fórmulas mágicas, en los que nosotros los
ciudadanos tenemos mucho que decir.
El
ansia urbanizadora de los gestores del territorio, catalizados por los grupos
de presión de la construcción y el de las entidades financieras, refleja una
gran falta de sensibilidad y desconocimiento de los ecosistemas, ya sean
locales, regionales o globales. Su ansia de construcción devora la naturaleza.
Las
decisiones sobre medidas que afectan al medio ambiente se toman como
actividades sectoriales, sin analizar los impactos que éstas producen en otras
áreas.
Debemos
concebir las ciudades como ecosistemas, los ecosistemas son comunidades de
viviendas en los que habitan organismos vivos entre los que predomina el ser
humano; ocupan un medio físico que se va transformando a resultas de una
actividad interna y funciona a base de intercambios de energía, materia e
información. El sistema no puede sobrepasar su capacidad de carga, ni la
población máxima que pueda soportar indefinidamente el hábitat sin perjudicar
la productividad del ecosistema en el que nos asentamos.
Pero
la ciudad, no debemos olvidarlo, desde una perspectiva local es también fuente
de riqueza, civilización y cultura, productora de bienes y cultura para las
personas.
La
ciudad no se constituye de espacios homogéneos, sino que dentro de ellos
conviven individuos que se enfrentan a condiciones muy dispares. La ciudad se
fragmenta en barrios ricos y barrios pobres aislados entre sí.
La
ciudad es el lugar donde se concentran la mayor parte de los problemas medio
ambientales.
PLANEAMIENTO
FUTURO DE NUESTROS ESPACIOS VERDES
Serán
en el planeamiento urbanístico donde se recojan las medidas dispositivas
normativas y reguladoras de los sistemas de espacios libres y sus medidas de
protección que deben ser objeto del desarrollo, con la redacción de un Plan
Especial Verde para la ciudad, normas consensuadas con participación.
Su
principal objetivo debe ser propiciar que sus proyectos sean racionales, con
una concepción unitaria en la planificación, el diseño, su carácter, su
ejecución y su gestión.
La
planificación exige que exista una programación coincidente. Un plan sin
programa no es más que una declaración de intenciones. Esto es lo que
normalmente sucede.
Como
objetivos principales se deben fijar:
- Diseñar
una trama verde integral intercomunicada entre sí.
- Controlar
y regular los espacios verdes privados mediante convenios.
- Aumentar
el valor del árbol en las plantaciones urbanas.
- Adecuar
las plantaciones con criterios paisajistas y estéticos considerando
el cambio climático.
- Cuidar
los espacios urbanos más atractivos.
- Evitar
tipologías de jardines que nos exijan un gran consumo de recursos.
- Potenciar
los aspectos naturales con utilización de plantas autóctonas.
- Reciclar
los residuos vegetales para producción de compost cerrando su ciclo biológico.
- Gran
respeto y protección de los elementos patrimoniales históricos ligados a la
tradición, con valor cultural o de identidad y la utilización de elementos
naturales como factores de diseño en el control del confort urbano y de los
microclimas de cada espacio urbano.
Debemos
reflexionar antes de actuar, independientemente de las presiones de los grupos
políticos, económicos, culturales, hemos de evaluar las consecuencias sobre
nuestro medio ambiente en cada una de nuestras actuaciones, es innegable que
nuestras maneras de actuar, crear, mantener, tendrán múltiples incidencias
sobre la calidad de vida de los ciudadanos.
La
diferencia entre los jardines de antes, su mantenimiento y su conservación con
los de ahora existe desde hace tiempo, cada jardín es un ecosistema propio que
necesita una intervención diferente, pero las presiones políticas, económicas o
las condiciones climáticas nos hacen actuar de distinta forma.
Si
nos adentramos en lo que ocurre en Europa, nos daremos cuenta que se hacen
notar fuertes reflexiones sobre la jardinería del futuro.
En
Alemania, con corrientes políticas verdes activas, existe una gran voluntad de
limitar los gastos públicos, en la zona norte de Europa: Noruega, Suecia,
Dinamarca, la toma de conciencia del medio ambiente se erige como religión, en
la zona mediterránea con sus particularidades climatológicas conducen a los
responsables a muchas reflexiones sobre cómo actuar en las zonas verdes, cómo
gestionarlas.
¿Cómo
abordar los problemas tan variables y aportar soluciones o informaciones que
sean reproducibles en los distintos ámbitos de nuestra geografía?
Es
imposible adoptar un modelo único.
Sin
embargo, hay algunos factores esenciales que influencian en los costos de
mantenimiento en todo el territorio y que deben ser tenidas en cuenta:
1º) La superficie del espacio verde
Cuanto mayor sea la superficie, los costos serán más bajos.
2º) El sistema de mantenimiento
a) Mantenimiento intensivo
b) Mantenimiento extensivo
c) Mantenimiento "ecológico"
o de gestión diferenciada
Los jardines públicos no deben rebasar determinados costes de
mantenimiento, y de no ser así, son insostenibles.
3º) La localización
a) En el centro urbano
b) En
la periferia
c) Parques
suburbanos o forestales
4º) El diseño debe
satisfacer las necesidades de los ciudadanos.
5º) La climatología y las condiciones urbanas son muy duras para
un jardín. Hay que tener presentes los criterios de sostenibilidad.
6º) Que un jardín pertenezca a todos no significa que deba darse
la demagogia de un uso discriminado.
Para
abordar a efectos prácticos la implementación de planes de gestión y ampliación
de la red de espacios verdes, debe actuarse a varios niveles: primero el de la
investigación, otro fundamental, el de la participación y concienciación del
ciudadano y finalmente, el de la asunción de estrategias concretas de
intervención dentro de una programación global, para así coordinar y
desarrollar planes globales que articulen premisas, objetivos y estrategias de
superación de obstáculos, en forma de programas viables operativa y económicamente,
abrirnos paso al concepto de malla verde que supera a los convencionales
cinturones verdes y que implica a todos los espacios verdes existentes y por
crear, públicos o privados de la ciudad, los ordena, los conecta y trata de
manera sistemática e integradora.
La
implementación de este concepto cobra la forma de rigurosos estudios de
inventario y diagnóstico y la elaboración y puesta en práctica de un Plan Verde
especial donde se recogen todos los instrumentos específicos, Ordenanzas,
Normas y Especificaciones Técnicas, unido a extensos planes de Educación
Ambiental.
Nos
hace falta definir lo que podrán o deberán ser los espacios públicos verdes del
futuro, que respondan a las necesidades de los ciudadanos, no sólo los que
viven en la ciudad, sino los que acuden a trabajar o residen en los alrededores
y los numerosos turistas que buscan igualmente sus atractivos.
¿Qué
espacios verdes y dónde?
Los
coeficientes de espacios verdes por habitante marcan ciertamente las grandes
prioridades. Paliar insuficiencias en número y superficie no siempre es
posible, muchos han sido creados donde la historia los ha situado,
desarrollados donde la renovación urbana los ha posibilitado, en principio
cerca de los usuarios potenciales, pero no siempre con capacidad de responder a
las exigencias de éstos o a veces hasta contradictorias al uso deseado.
Pero
esto no es solamente de hecho el tipo de espacios verdes que busca el usuario,
si la elección no es posible, el resultado es de cierta frustración, no hace
falta crear superficies que no sean frecuentadas, simplemente por el hecho de
mejorar las estadísticas.
REFLEXIONES
SOBRE LA JARDINERIA DEL FUTURO
- Utilización
plena y entera de la sensibilidad, el conocimiento, la cultura y la
inteligencia del hombre a fin de no proseguir hacia la construcción de espacios
estereotipados.
- Voluntad
de una modificación del aspecto paisajista de algunos de nuestros espacios
acercándonos más a la ecología con incidencias no despreciables sobre la fauna,
la flora y la interdependencia de la naturaleza con la ciudad.
- Toma
de conciencia de las dificultades económicas en las colectividades locales que
ven que sus posibilidades económicas no crecen al ritmo de sus necesidades.
- Integración
de las nociones de evolución de la sociedad con un desarrollo de la
civilización y el ocio, pero igualmente con la noción indispensable de asegurar
un trabajo a todos los hombres.
Desde
hace algunos años la jardinería municipal viene siendo confiada a empresas de
servicios para su mantenimiento, los equipos de jardineros de los servicios
municipales son mantenidos para ciertas tareas específicas o zonas de
particular atención, las tareas se reparten entre las tareas que ejecuta el
personal propio y las que realizan las empresas privadas.
Toda
actuación debe poseer la información precisa, su medición, sus instrucciones
bien definidas, plazos de ejecución, frecuencias, etc. precisando el
Ayuntamiento para su control de personal cualificado y formado para estos
menesteres que haga cumplir los pliegos de condiciones establecidos.
La
gestión informatizada ha de ser un soporte técnico fundamental para el control
de los trabajos de mantenimiento y el conocimiento de los trabajos ejecutados.
La
gestión de los espacios verdes debe ser orientada hacia una gestión más
respetuosa con el medio ambiente.
En
Europa se ha pasado, en algunos casos por decisión ministerial, a la fase de "herbicidas
prohibidos", los parques son mantenidos sin la aplicación del menor
uso de herbicidas, funguicidas e insecticidas. Las binadoras desbrozadoras han
reemplazado a los pulverizadores, consiguiendo espacios limpios que responden a
los deseos de los usuarios.
La
educación general del público sobre la necesidad del compostaje, junto con la
campaña de valoración de los detritus y una recolección selectiva de los mismos
ha dado sus frutos.
La
formación clásica del jardinero tradicional no debe desaparecer.
La
formación del personal en tecnologías suaves de mantenimiento de los jardines,
tanto en lucha integrada, compostaje de detritus, podas de mantenimiento, etc.
son indispensables.
La
concienciación del ciudadano hacia estos nuevos sistemas (Mantenimiento
diferenciado, xerojardinería...)
La
concepción de espacios verdes con nuevas filosofías de mantenimiento ha sido
fundamental.
En
períodos de crisis económica, el mantenimiento de los parques parece
forzosamente demasiado costoso, sin embargo, a pesar de la degradación de los
medios, hace falta cuidar la imagen de los espacios verdes, motivar a las
personas implicadas, especialmente en su "rol" público.
El
empeño concreto para el mantenimiento de los jardines de la ciudad debe ser la
más hermosa de las motivaciones.
La
desmesurada ampliación de las zonas verdes sin un programa o un plan de
gestión, ha creado y está creando problemas financieros para su mantenimiento y
conservación, los ciudadanos quieren tener espacios verdes cerca de ellos "útiles
y utilizables" como concepto de una mejor calidad de vida.
Un
nuevo "saber técnico" tiene que resolver estas demandas, se
trata de buscar entre el jardín tradicional clásico y el medio rural, una
tercera vía de un jardín, concebido para cumplir las funciones que exige la
sociedad actual, menos costoso de conservar y mantener y con ahorro importante
de agua a través de sistemas integrales adecuados.
Los
jardines tradicionales e históricos naturalmente deben ser conservados. Son
arte y cultura que hace falta revalorizar, pertenecen a nuestra historia y a
nuestro patrimonio.
Para
la creación de estos nuevos espacios verdes, hace falta que entre los
políticos, los ciudadanos y los servicios de gestión de las zonas verdes
existan puntos de vista comunes, marcados por el cambio de conceptos y el
intercambio de intereses y sensibilidades. Lógicamente cada espacio, con un
nivel de mantenimiento en función de su naturaleza, de su situación y de sus
funciones.
La
satisfacción del público será el "aval de la gestión".
Los
centros de las ciudades históricas, han estado construidos en una época donde
el hombre tenía que luchar fuertemente contra los elementos naturales. La
ciudad era un espacio de seguridad. En este aspecto quedaba poco espacio para
la naturaleza, los cascos antiguos eran muy arquitecturizados, hasta que las
ciudades rompieron sus murallas y se abrieron al campo circundante, donde
aparecieron espacios verdaderamente naturales, donde la intervención humana ha
sido nula o casi nula. Más cerca del ciudadano encontramos conjuntos biológicos
cultivados, espacios "naturales" que han sido construidos por
el hombre con muchas especies introducidas u obtenciones hortícolas, con
utilización de especies "indígenas" y "naturalizadas"
como sean, todos estos tipos de espacios albergan una biodiversidad vegetal y
animal con interés hortícola, ecológico y pedagógico.
Es
necesaria una política dinámica, que se traduzca y concrete, englobando ideas e
intereses, que sirva de canalizadora de los grupos de presión a través de
acciones políticas que respondan a las exigencias de los ciudadanos y al marco
legal en el que nos movemos.
Nos
hace falta definir lo que podrán o deberán ser los espacios verdes del mañana
que respondan a las aspiraciones y necesidades de los usuarios que no sólo son
los residentes, sino las personas que vienen de los pueblos cercanos e incluso
turistas. Un público multiforme que a priori parece poco fácil de satisfacer.
Hablamos
de "parques urbanos polivalentes", "jardines de barrio
polivalentes", áreas de juego polivalentes, etc. pero cada una de
estas tipologías exige una superficie adecuada para que responda a las exigencias
físicas y morales de los usuarios.
La
satisfacción de las necesidades, siendo las deseadas, siempre tendrá como
ambición que esté próxima al domicilio.
La
calidad de los jardines es también la de su entorno, su participación activa en
el paisaje urbano, igualmente su animación es decir los acontecimientos de los
cuales ellos son la base.
Los
espacios verdes deberán estar bien distribuidos, en número suficiente, donde su
superficie permita la polivalencia, es decir todas las funciones que se atribuyen
a estos tipos de equipamientos públicos con un ambiente y una animación que
responda a los deseos de los usuarios.
Los
ciudadanos prefieren espacios simples, privilegiando el contacto con la
naturaleza en vez de espacios más decorativos. Es evidente que ésta no es la
política que se aplica actualmente en todas las ciudades.
En
el plan económico, las superficies pequeñas son más costosas por su estructura
más compleja y sofisticada, el usuario se encuentra más violento, pero debe
comprender que las renovaciones son caras, sobre todo si deben ser sin cesar
renovadas.
No
debemos olvidar buscar en las concepciones futuras un equilibrio entre la
funcionalidad y la atmósfera del jardín, definiendo ésta como un trozo de
naturaleza a transportar en la ciudad. Construir jardines con alma...
Los
espacios verdes situados en los límites de la ciudad han de jugar un papel
importante para atender el ocio cotidiano.
PARQUES
PERIURBANOS Y METROPOLITANOS
El
actual fenómeno urbano lleva aparejado un monstruo devorador de suelos
generador de una auténtica tensión entre el campo y la ciudad, motivada por la
competición de este suelo.
Construir
parques en los centros de las ciudades es hoy en día una falacia, a no ser que
se aprovechen zonas industriales, militares o de infraestructuras obsoletas.
La
configuración de los parques periurbanos, figura intermedia entre las áreas
verdes urbanas y el medio natural que rodea la ciudad, ya sean terrenos
forestales o agrícolas, son valores ecológicos dignos de preservar y proteger.
Dado
que el tiempo de ocio ha aumentado de forma generalizada y de que los
ciudadanos han ido adquiriendo una mayor conciencia del valor y la importancia
de estos espacios en las proximidades de las ciudades, estimo que serán éstos
los espacios esenciales para cubrir las necesidades lúdico-recreativas y de
contacto con la naturaleza que no pueden satisfacer las zonas verdes urbanas
tradicionales.
Estas
zonas deberán ser el primer escalón en la educación medioambiental, dada su
elevada potencialidad científica y educativa para la comprensión y respeto de
las relaciones con el medio rural y natural, a la que la conocida como "out
door education" concede una atención específica en el uso de estos
espacios.
La
gestión de estos espacios va más allá que la del simple mantenimiento, su
gestión implica: planificación, organización, control y dirección, y gestión
diferenciada de mantenimiento en función de cada zona.
Estos
parques periurbanos o metropolitanos, así como las áreas lúdico-recreativas
deberán ser equipadas y a la vez gestionadas de forma integral.
Será
necesario establecer:
a) Un
programa de actividades, y en base al mismo, programar su diseño y posterior
funcionamiento y conservación.
b) Será
necesario integrar a los diferentes colectivos de usuarios para potenciar el
uso del mismo. Si es posible, crear un centro de actividades y escuelas de
educación ambiental.
c) La
gestión de las actividades no implica que éstas deban ser regladas, lo que se
debe pretender es su potenciación, lo que aumentará las posibilidades de ocio.
d) La gestión
integral debe pretender coordinar las diferentes actividades y las necesidades
de mantenimiento que impliquen las mismas para que el espacio no se degrade.
Esto
no se consigue cuando son varios los departamentos que se encargan de la
gestión. Cada uno buscando sus fines y que en ningún momento intentan
unificarse.
Las
actividades que se pueden integrar en parques y zonas verdes de estas
características son múltiples, sólo enumeraré algunas más comunes:
Instalaciones
pre deportivas, campos de fútbol, pistas polideportivas, de patinaje, de
monopatín, mesas de tenis, circuitos biosaludables, circuitos en bicicleta,
bicicross, Sendas peatonales, huertos de ocio, huertas familiares, huertas
escolares, centros de interpretación de la naturaleza... Siendo de gran interés
que las actividades sean organizadas e impulsadas desde los diferentes
colectivos de usuarios.
En
lo referente a la educación ambiental es importante preverla desde el diseño.
Planificando las zonas específicas y sus objetivos, que pueden ser:
a) Dar
a conocer y valorar:
+ La
flora y fauna de la zona
+ Las características fundamentales del
suelo, sustratos rocosos.
+ Su importancia en la calidad de vida y
en el medio ambiente urbano del patrimonio verde de las ciudades.
+ La biodiversidad de la tierra
representada por especies de los distintos continentes.
+ Las relaciones existentes entre suelo,
clima, agua, vegetación y fauna.
+ La influencia de la actividad humana
en la naturaleza y en el patrimonio verde urbano, así como los problemas
derivados de la misma.
+ Potenciar el fomento de actitudes
conservacionistas y respetuosas con el medio y las zonas verdes
La
reproducción de elementos de la naturaleza o microclimas próximos al lugar donde
está emplazado el parque, como bosques de ribera o galería, dehesas, vegetación
autóctona o jardín geológico, ofreciendo muestras de los tipos de rocas más
características de la zona, puede ser otra de las apuestas.
A
la vez estudiar la posibilidad de diseñar jardines temáticos que pongan de
relieve el valor de algunas especies botánicas y de su biodiversidad, como
pueden ser un arboretum de especies de árboles de todo el mundo, jardín de
plantas medicinales y/o aromáticas, jardín botánico, jardín de aromas y
jardines de colores utilizando la gama de coloridos que nos brinda el mundo
vegetal o, por contra, el jardín siempre verde, jardín de cactáceas o
palmáceas, sin olvidarse de cuidar la fauna existente.
EL JUEGO
Si
contemplamos la historia de la humanidad y las diferentes culturas, comprobamos
que los niños siempre han jugado.
Cuando
la sociedad era fundamentalmente rural, el niño/a tenía cerca la naturaleza,
donde encontraba elementos que posibilitaban sus juegos (con ramas, palos
fabricaba juguetes, armas, casitas, barcos, etc..).
Hoy
en día en las ciudades masificadas, la nueva estructura y dimensiones de las
viviendas, la invasión de las calles por los automóviles, ha creado la
necesidad de equipar zonas donde los niños/as puedan evadirse, los parques de
juegos como una opción donde poder jugar.
Sin
embargo, hay que considerar el juego no sólo como una actividad lúdica o
recreativa, sino como una faceta que permite el aprendizaje de muchas facetas
de la vida.
El
juego debe ser considerado como una actividad seria y como tal debe ser
planificada y gestionada.
La
Asociación Internacional por el Derecho del Niño a Jugar (Internacional
Association for the Child's Right to Play) redactó en 1977 en Malta la "Declaración
del Derecho del Niño a Jugar" que se preparó con motivo del Año
Internacional del Niño y se revisó en Viena en 1982 y que es la siguiente:
Los
niños son la base del mundo del futuro. Los niños han jugado siempre a través
de la historia y todas las culturas.
El
juego, junto con las necesidades básicas de nutrición, salud, protección y
educación, es esencial para desarrollar el potencial de todos los niños.
El
juego es instintivo, voluntario y espontáneo. Es natural y exploratorio.
El
juego es comunicación y expresión, combinación de pensamiento y acción: brinda
satisfacción y sentimiento de logro.
El
juego está relacionado con todos los aspectos de la vida.
El
juego contribuye al desarrollo físico y mental, emocional y social del niño.
El
juego es un medio de aprender a vivir, no un mero pasatiempo.
El
diseño de un área de juegos, con un medio ambiente de calidad, es algo más que
colocar juegos infantiles. Un buen diseño debe proporcionar a los niños entre
otras las siguientes oportunidades de desarrollo.
a) Para
el desarrollo de sus habilidades motrices
b) Para
toma de decisiones
c) Para
aprender
d) Para
jugar con la fantasía
e) Para
el desarrollo social
f) Para
divertirse
Se
debe dar al juego de los niños la importancia que tiene en su desarrollo, no se
deben escatimar esfuerzos en su acondicionamiento y creación, bien diseñados,
bien equipados, bien gestionados y sobre todo seguros.
LA PROGRAMACION DE LOS ESPACIOS VERDES PUBLICOS
Soy
un convencido de que los trabajos en la ciudad referidos a sus zonas verdes,
distribución de las mismas, plantación y restituciones de arboledas urbanas,
así como la ubicación de mobiliario urbano para mejorar el medio y la calidad
de vida de los ciudadanos debe ser planificado de antemano.
Abandonar
la planificación es poner de manifiesto la incapacidad de gestionar, es ir
dando aldabonazos de un lugar a otro, una huída hacia adelante, una patada a
seguir como diríamos deportivamente.
"Planificar
es realizar aquella práctica profesional que busca específicamente conectar las
formas de conocimiento con las formas de acción en el dominio público", definición de Friedman.
Hacer
partícipe a la población en todo proceso planificador intentando involucrar a
todos los afectados en el proceso, será un aprendizaje social.
La
toma de decisiones anticipadas tiene el peligro de no responder a las
expectativas de un mundo cambiante en la dinámica del tiempo o una exigencia de
participación por los interesados.
Debemos
aprender a planificar desde abajo hacia arriba, no desde arriba hacia abajo.
En
los esquemas debe existir una jerarquización de objetivos.
"Las
decisiones primero, después la acción, éste será un modelo básico"
Proponer
un plan significa que se está realizando una planificación.
Una
estructura política encarga a los técnicos, con criterios objetivos más o menos
definidos la redacción de un Programa, el equipo técnico estudia una serie de
alternativas, sobre las que el poder político tomará decisiones.
Esta
es una planificación de diseño que no corresponde a las expectativas de una
población beneficiaria, porque sencillamente no está implicada.
La
planificación debe ser participada partiendo de las propuestas de los
ciudadanos, cuando existen, elaborando a partir de éstas las decisiones
políticas.
El
equipo técnico debe planificar un documento que sirva como punto de partida del
proceso, para que se contraste con los objetivos y criterios determinados,
participando en corregir errores y conseguir que sea consensuado o asumido por
todos los actores.
El
conocimiento de los auténticos protagonistas, los ciudadanos, sus formas de
vida, sus sistemas de valores, sus problemas, sus actividades, su potencialidad
y su percepción del entorno, debe permitir descubrir un posible plan de acción
que deberán asumir el resto de los ciudadanos.
En
manos de estos actores descansa la eficacia, sin embargo, siguen proyectándose
desde arriba con criterios de "lo que hay que hacer aquí es"
con lo que se puede comprobar día a día su estrepitoso fracaso en la mayoría de
las actuaciones.
Sólo
entendiendo que es condición indispensable contar desde el principio con la
población afectada, con esta relación y el trabajo coordinado estaremos en
condiciones de atender las peticiones de los ciudadanos afectados, desempeñando
cada uno su función facilitará la consecución de los resultados deseados.
Un
plan de trabajo puede ser:
Fase 1.- Análisis y diagnóstico de la situación actual. Criterios
y objetivos. (El análisis es una postura no una técnica).
Fase 2.- Diseño. Generación de propuestas.
Fase 3.- Evaluación de resultados. Selección de propuestas.
Discusión.
Fase 4.- Redacción del proyecto.
Fase 5.- Aprobación del proyecto.
Directrices
básicas de actuación que deben ser tenidas en cuenta:
- Equidad en el trato de los
ciudadanos.
- Análisis de la situación de
partida.
- Integración en las obras y proyectos de
interés general.
- Selección de inversiones, productivas y
eficaces.
- Contar con la participación
ciudadana y fijar cauces de la misma.
- Prever reajustes dentro de la
planificación.
- Estudiar la viabilidad financiera y
el mantenimiento de las inversiones.
- Informar a los diferentes Distritos de
las posibles actuaciones a corto y largo plazo, la priorización de las
inversiones, evitando dobles inversiones o presupuestos insuficientes.
- Unificar criterios de trabajo entre
las distintas Delegaciones o Áreas con transparencia en las decisiones y
actuaciones.
- Intervenir con repercusiones en el medio
ambiente con la creación de nuevos servicios ligados a las nuevas competencias.
- Incentivar la planificación a largo plazo
como elemento fundamental en actuaciones medioambientales.
- Justificar y argumentar las actuaciones
prioritarias.
- Conseguir equipamientos sociales y
culturales según las necesidades peculiares de cada zona a actuar.
- Completar con carácter prioritario
dotaciones, acondicionándolas o rehabilitándolas.
- Realizar convenios de explotación o
conservación de las obras ejecutadas.
- Fijar criterios básicos definidos de los
equipamientos y zonas verdes con especial atención a la mejora medioambiental,
así como al ahorro o reconversión energética.
- Primar las inversiones que
puedan ser incorporadas a Programas europeos.
- Cuidar las zonas de elevado
interés ecológico y paisajístico o de marcado interés histórico.
- Evitar la desaparición de zonas arboladas,
que acontecen por la presión urbanística y de infraestructuras de la ciudad.
- Definir la participación social
en las actuaciones a realizar, en las inversiones y en las formas de llevarlas
a cabo.
- Consensuar criterios y objetivos que se puedan aplicar
en todos los distritos, con distribución homogéneas claramente medibles.
- Asesorar a los distritos en la
elaboración de propuestas que puedan ser consideradas.
El
presupuesto general debe contemplar generosamente las partidas dedicadas a la
construcción, mantenimiento y conservación de parques y jardines, espacios
urbanos y mobiliario urbano para poder llevar a cabo dentro de la planificación
general actuaciones en todo el entramado urbano.
El
ocultismo y el secretismo no son buenos aliados de la gestión de sociedades
democráticas, por el contrario, la información y la transparencia deben guiar
la actividad pública, más donde se mueven muchos y poderosos intereses que tan
relacionados están con los casos de corrupción.
DATOS LOCALES
Sevilla, situada en la vertiente atlántica pero mediterránea en su
carácter, ha sido Puerta de las Américas y destino del comercio y la cultura
del Mare Nostrum durante dos milenios. Combinando influencias de Oriente y
Occidente, África y América. Sevilla ha decantado un estilo propio donde la
ciudad, sus jardines, sus habitantes y su modo de ser se interpelan mutuamente.
Sevilla tiene una población de 716.937 habitantes, sin contar su
área metropolitana de influencia que la situaría a 1.200.000, ha constituido un
lugar de inmigración desde los años 60.
La ciudad tiene una extensión de 142,44 Km2, con una
densidad de población de 5.003,3 habitantes m2.
Los ciudadanos gozan de 8,60 m2 de zona verde
distribuida de la siguiente forma:
TOTAL, m2 de zona verde incluido el parque periurbano
de la Corchuela 8.255.104 m2
TOTAL, m2 de zona verde pública sin incluir el parque
periurbano de la Corchuela 7.435.104 m2
TOTAL m2 de zona verde por hab. incluyendo la Corchuela
11,15 m2
TOTAL m2 de zona verde por hab. sin incluir el parque
periurbano de la Corchuela 10,37 m2
|
m2
|
Verde forestal urbano
|
4.696.230
|
Jardines históricos
|
550.968
|
Parques urbanos
|
1.713.800
|
Jardines de distritos
|
394.664
|
Arcenes, islotes y glorietas
|
571.541
|
Plazas ajardinadas
|
76.780
|
Plazas arboladas
|
251.121
|
TOTAL
M2
|
8.255.104
|
Estas
estadísticas son del 2004.-Hoy las zonas verdes se han incrementado enormemente.
No se considera el arbolado viario.
El crecimiento de la población ha supuesto que la demanda de
algunos servicios municipales se haya incrementado de forma importante, los
transportes urbanos, la recogida de residuos, el suministro de agua, el tráfico
de automóviles, la limpieza, el equipamiento urbano, así como la atención a los
espacios verdes.
Sevilla como capital política y administrativa de Andalucía, como
lugar donde se producen servicios económicos y financieros, servicios
profesionales liberales, servicios de empresas de organización, distribución,
publicidad y mantenimiento, tiene que cuidar su forma, su aspecto, su manera de
mostrarse.
Si además añadimos que por
su historia y sus monumentos es un centro turístico de primera importancia,
tiene que asumir que ofrecer una gran calidad de vida a sus ciudadanos, donde
los servicios públicos funcionen correctamente, donde el tráfico está ordenado,
no contamine, donde el nivel de ruido sea aceptable, donde la limpieza llame la
atención, con los monumentos debidamente restaurados y permanentemente
visitables, con una vida cultural rica y variada, y en lo que concierne al
verde urbano, una ciudad donde los parques y espacios públicos ofrezcan un
aspecto cuidado, donde existan amplios lugares de esparcimiento, donde haya
multitud de instalaciones deportivas, las razones son poderosas.
La idea es crear una ciudad que pueda aspirar a vivir su capacidad
para atraer y proclamar que pocas ciudades ofrecen una calidad de vida
comparable.
Sevilla aspira a ser la ciudad más verde del Sur de Europa, su
propósito es rescatar la antigua maestría de la sombra y llenar la ciudad de
vegetación. Esto forma parte de un plan de reforestación masivo en los entornos
de la ciudad, eliminando las escombreras y respetando los pocos espacios
naturales que aún quedan con el objetivo de crear una malla verde continua que
favorezca la biodiversidad, introduciendo la naturaleza en los medios urbanos
más castigados, a través de pasillos verdes (avenidas y calles arboladas)
enlazados con un cinturón verde perimetral que conecte todas las zonas
ajardinadas de la ciudad (los grandes parques y jardines de barrio, plazas y
pequeños espacios interiores) constituyendo una verdadera malla verde que
compense la mineralización de la ciudad y la corrección de los impactos
ambientales creados por la construcción de rondas y autovías, así como el
tratamiento vegetal de los taludes, medianas y rotondas en los accesos a la
ciudad, es una política a seguir.
Su clima es mediterráneo, común al de las islas y tierras que
bordean este mar, con inviernos lluviosos y veranos secos dominados por los
días cálidos con cielos despejados de radiación intensa, con una condición
común: el sol. Sin él nuestra imagen de ciudad se desvanecería. El sol es un
aliado fiel, aunque a veces resulte pesada compañía. Las precipitaciones medias
anuales se sitúan en 560 mm., un 80% de las cuales se concentran en los meses
de otoño-invierno (octubre-marzo), después de estos meses poca o ninguna
precipitación para el resto del año. El agua, por tanto, es un recurso natural
que debemos tener controlado. El control de los recursos hídricos es esencial.
El agua para el riego de los jardines y zonas verdes procede de capas freáticas
que, captadas y almacenadas en grandes estanques, son distribuidas a todos los
parques y jardines importantes de la ciudad en redes propias de agua no
potable, riegos localizados por goteo y por goteros enterrados en zonas donde
el vandalismo puede ocasionar desperfectos. Si bien existen cuatro grandes
depuradoras de aguas residuales en la ciudad, éstas no son utilizadas todavía
para el riego, al carecer de las necesarias conducciones y red de distribución,
así como los problemas específicos de su uso en lugares públicos.
Para las reforestaciones se utilizan plantas autóctonas de fácil
mantenimiento posterior y con criterios de biodiversidad tanto en los elementos
vegetales como en la consideración de la fauna que puedan albergar estas nuevas
plantaciones.
En la adecuación medio ambiental de la ciudad se deben llevar a
cabo proyectos consistentes en reforestaciones, proyectos de voluntariado juvenil,
instalaciones de riegos localizados con extracción de aguas de las capas
freáticas, concienciación ciudadana, etc...
El arbolado y los jardines sufren con la sequía estival una crisis
dependiente de la disponibilidad de agua, pérdida de hojas, menor desarrollo e
incluso pérdidas de vegetales ante un largo periodo de sequía.
La tipología de nuestros jardines está limitada a nuestros
recursos en temperatura, luz y humedad, tres factores importantes del ciclo
vegetal aún cuando nos movemos próximos al mundo de lo autóctono, utilizamos
dentro del diverso y amplio abanico edáfico y climatológico especies
mediterráneas y subtropicales de marcado carácter xerofítico, poco exigentes en
agua.
EL DESARROLLO SOSTENIBLE
¿Qué significa el desarrollo sostenible para las ciudades? En
términos de ecología urbana la sostenibilidad tiene un componente de
responsabilidad en los procesos que se inician con el ciclo productivo,
garantizando ciclos cerrados de los elementos. La ciudad debe de dejar de
funcionar como fuente de contaminación y perturbación para transformarse en
productora de desechos controlados. Los materiales eliminados deben ser pocos y
su eliminación, si existe, debe tener los mismos caracteres a la
manufacturación de otro producto: composición, etiquetado, distribución,
almacenaje e intercambio comercial. Su desarrollo e implantación implica
transformaciones profundas en la ciudad, el comportamiento de sus ciudadanos y
el cambio de sus elementos, instalaciones y servicios.
Esta es la esencia de las ciudades que como ecosistemas urbanos
están vivos y son reescritos por cada generación a medida que ésta adapta
nuevas formas de vida.
Si a partir del concepto de medio ambiente urbano entendemos la
consecución de ciudades más saludables, más habitables y mejor dotadas debemos
advertir que sólo estamos en un nuevo concepto para expresar el empeño y el
objetivo final de la historia del urbanismo moderno, cuyo fin es a través de una adecuada ordenación de la
ciudad y su crecimiento conseguir mejores condiciones de habitabilidad a los
ciudadanos y de mejores condiciones ambientales a nuestras ciudades teniendo en
cuenta la amenaza del cambio climático.
El interés público, los derechos de propiedad del suelo, la
capacidad expropiatoria justificada por el interés público y la disposición de
leyes expropiatorias potentes, aparte de la audacia de los que las tenían que
utilizar, fueron los que pudieron desarrollar políticas urbanísticas más
eficaces en la construcción de ciudades más saludables y mejor dotadas, donde
se pueden establecer relaciones eficientes entre el funcionamiento de la ciudad
y el consumo de recursos, con la idea de ciudad sostenible.
Los compromisos para alcanzar significativas mejoras nacen de
acciones concertadas a escala local en base a programas e instrumentos de las
Agenda 21, pero muchas actuaciones quedan paralizadas en un quiero y no puedo.
La ciudad es el lugar donde se concentran la mayor parte de los
problemas medio ambientales.
La sostenibilidad de nuestras ciudades depende en primer lugar de
nuestra propia acción, una acción solvente que debe ser dotada de recursos, de
recursos económicos y sobre todo, de autoridad moral y legal para poder
llevarla a cabo.
Cierto que con los mismos recursos públicos pueden llevarse a cabo
políticas muy diversas.
La construcción de una ciudad sostenible tiene que ser promovida
de abajo hasta arriba y no al revés, que todo lo que pueda hacerse a proximidad
de los ciudadanos no haga más lejos en la elaboración e identificación de los
verdaderos problemas que les preocupan- hace falta una nueva forma de gobernar
las colectividades locales con un acercamiento participativo, transparente y
racional, eficiente ante los problemas.
Para conseguir los objetivos hacen falta competencias, recursos y
voluntad política de afrontarlos.
Sólo con una programación consensuada con participación ciudadana
a corto y largo plazo con criterios medio ambientales sostenibles en el diseño,
construcción, conservación y mantenimiento de nuestros espacios verdes públicos,
podremos asumir nuestra responsabilidad de proporcionar una mejor calidad de
vida a nuestros ciudadanos de hoy y un futuro esperanzador para los del mañana.
José Elías Bonells
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