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José Elías Bonells. -Ex adjunto a la Jefatura al Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla

jueves, 29 de septiembre de 2016

Jardines de las Delicias de Arjona

La historia de los jardines ha sido descrita por varios autores de los cuales he escogido parte de los textos que se refiere a los jardines, el titulado D. José Manuel de Arjona –Asistente de Sevilla.-1825-1833.-Premio Ciudad de Sevilla 1974 de Alfonso Braojos Garrido  y el de Ignacio García  Pereda del Laboratorio de Historia e Política Forestal - Euro natura sobre Claudio Boutelou (1774-1842), jardinero de la ciudad de Sevilla (1819-1842)  datos referidos a los jardines de las Delicias. Además de los datos historiográficos que aparecen de forma generalizada describiendo los jardines y las aportaciones transmitidas boca a boca por quienes vivieron y hemos vivido la evolución de los jardines durante los finales del siglo XX y principios del siglo XXI.


El camino de Bellaflor (o de Bella Flor) pasó a ser en la segunda mitad del XVIII un agradable paseo iniciado por otro asistente: Don Pablo de Olavide y continuado precisamente por Ávalos. Don José Manuel de Arjona completaría la obra de Ávalos, prolongando el paseo que tendría sus comienzos junto al antiguo Colegio de San Telmo (hoy sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía) para terminar en los alrededores de la venta de Eritaña, aproximadamente donde hoy se encuentra la Glorieta de México

CLAUDIO BOUTELOU JARDINERO DE SEVILLA.-(1819-1842)


En 1819, uno de los mejores jardineros y profesores de agricultura del reino de Fernando VII fue a parar, por una serie de circunstancias, a la ciudad de Sevilla. Tras una corta etapa de tres años en que trabajó para el Consulado marítimo y terrestre de Alicante, se decidió a aceptar una oferta para trabajar para la Real Compañía del Guadalquivir, “a encargarse de todas las obras de agricultura, poner en estado de cultivo, y poblar de toda especie de árboles los dilatados terrenos que SM ha concedido a la Compañía.

El 25 de abril de 1825, un nuevo asistente (el equivalente a alcalde en la administración municipal de Fernando VII, José Manuel de Arjona, fue nombrado para la ciudad de Sevilla

En 1814, Arjona había sido uno de los miembros de la alcaldía de Madrid, pasando a ser el Corregidor en septiembre de 1817. Fue con este corregidor que Sandalio de Arias instaló un vivero municipal en Migas Calientes y se abordaron nuevas plantaciones como las del Paseo de las Delicias de Arjona.

En Sevilla Arjona contaría con la preciosa ayuda de su secretario, Manuel de Bedmar, del arquitecto Melchor Cano y de Claudio Boutelou.  En junio de 1826, el cabildo ya estaba contando con la asesoría de Claudio para ciertos temas, como la elección de la finca más adecuada para la colocación de un posible “jardín agrónomo”

Durante los ocho años que Arjona fue jefe político de la ciudad, fue considerable la actividad urbanística y su esfuerzo por la creación de nuevas “zonas verdes”, en una ciudad amordazada por murallas. 

Como ha comentado Braojos, “encarnó la quiebra de una ciudad paralizada en el tiempo. Con la ventaja del orden público restaurado y el hábil logro de superávits en los presupuestos municipales, a Arjona se le deben pasos notables en la adecuación de la capital andaluza a las exigencias de una traza moderna.”. Entre lo que podemos contar, un nuevo acueducto para la traída de aguas, la policía urbana y de limpieza, el alumbrado público, el pavimento de un tercio de las calles, un cuerpo de bomberos o la edición de tres periódicos, haciendo de Sevilla una ciudad admirada por los viajeros extranjeros como Richard Ford.

Arjona encontró una ciudad que no destacaba por su amor a los árboles: “Es un dolor que en nueve o diez mil álamos plantados de medio siglo acá en la ribera izquierda del Guadalquivir a su tránsito por Sevilla, apenas puedan encontrarse algunos que no se acerquen a la decrepitud, sin haber llegado a la virilidad; que en la grande alameda interior del pueblo hayan perdido la pompa antigua los enormes árboles de sus calles: efectos, en la mayor parte uno y otro, de talas dirigidas por la torpeza de los operarios, o por la codicia de los absentistas, que destrozan el árbol y le plagan de heridas, por donde entra el caries que los destruyen. El Sr. Arjona ha precavido desde un principio estos errores, en que no podía incurrir su ilustración: también ha procurado y cuidará evitarlos, confiando al mismo profesor la completa dirección de sus plantíos, la Compañía del Guadalquivir, a quien no faltan experiencias de la ignorancia rutinaria de un capataz, de la inteligencia científica de un agrónomo”.

2. Los paseos y los árboles de Cuba.

El primer paseo que Arjona, Cano y Boutelou prepararon juntos fue el de Bellaflor. Comenzaba detrás del palacio de San Telmo, extendiéndose durante casi tres cuartos de legua, ocupando una superficie triangular de nueve aranzadas, entre el Paseo de Bella flor y el río. Adquirieron una máquina para sacar el agua (dirigida por dos maquinistas ingleses de la Compañía) y un vivero en donde se criaron más de cien mil árboles durante los tres primeros años. La máquina estaba colocada dentro de un templo gótico diseñado por Melchor Cano. Además de los árboles, había un criadero de flores delicadas dentro de una casita rural y un estanque para aves acuáticas como gansos.

Si la ciudad de Sevilla contaba con el ilustrado Arjona, en La Habana el jefe político era Claudio Martínez de Pinillos, que contaba con la ayuda de otro profesor de botánica agrícola, Ramón de la Sagra.

Pinillos quiso enviar semillas y plantas cubanas a otras ciudades españolas y el primer destino fue Sevilla, en parte “por la excelente disposición de su terreno para aclimatarlas, antes de trasladarlas a otros de más fría temperatura… En este país predilecto de la naturaleza pudieran cultivarse muy fácilmente casi todas las especies de plantas de climas templados y cálidos de las cuatro partes del mundo, siendo el más a propósito de todos para formar un jardín botánico y de aclimatación.”

Si bien pocas eran las plantas que sobrevivían al viaje hasta Sevilla, la Gaceta de Madrid y el Mercurio de España nos hablan de los contactos de Arjona con Pinillos y de las remesas de árboles enviadas por éste a Sevilla: mangos, mameyes de Santo Domingo, morales de papel, aguacates, Lagerstroemias, nogales de la India, vomiteles, Campeches, limoncitos de olor, lirios, sanjuaneros, paraísos y yerbas de Guinea. La Gaceta comenta cómo en la almáciga se habían plantado“ árboles exóticos o raros en el país como plátanos y tuyas de Oriente, sóforas de Japón, catalpas, almeces de Occidente, chopos de Lombardía, sauces de Babilonia, moreras de papel, arces de hoja de parra y fresno, falsas acacias, Gleditsias, fresnos comunes de flor y de la Luisiana, guayacanas, ailantos, cedros de Virginia, castaños de Indias y otros varios que componen el número de 87.277; sin incluir los que ya se han trasplantado a los paseos, ni los 8000 olmos y más de 4000 cinamomos enviados a la isla Amalia, cuyas plantaciones están a cargo de la Real Compañía del Guadalquivir.”

Los viveros de las Delicias no funcionaron sólo como un vivero municipal, sino regional. Arjona suministró las plantas de los paseos de árboles que el general Canterac mandó plantar en las inmediaciones de Algeciras (ciudad que inauguró un Paseo de Cristina en 1834). El plantel de las Delicias de Arjona surtía de árboles de todas clases los paseos de Cádiz, el Puerto de Santa María, Tarifa, Jerez, y otros pueblos de Andalucía.

Desde Cuba, La Sagra enviaba a ciudades como Cádiz muchas de las especies que también recibía Claudio. Al jardín del Hospital Militar gaditano llegaron por lo menos semillas de treinta y seis especies...

Mercurio de España, julio de 1827, Tomo VII, p. 38, Bellaflor, conocido en Sevilla por Delicias de Arjona, “apenas cuenta año y medio. Está situado en una superficie triangular de 9 aranzadas, entre el paseo de Bellaflor y la orilla del Guadalquivir, cercada por cuatro hileras de álamos (…). No contento Arjona con haber reparado y embellecido las obras de fábrica que le adornan, y las norias y cañerías que lo riegan, ni con haber repuesto innumerables árboles que le faltaban, estableció un vivero para reponer y multiplicar sucesivamente las alamedas, formando un delicioso vergel a que se da entrada publica con las debidas precauciones”.

XIII Miñano (1828) p. 261, El de Bellaflor “que principia entre el edificio de San Telmo y el río, y se extiende casi ¾ de legua; demediado por una grande platea de fuentes y pirámides, y terminado por otra, también con fuente, con un grande estanque a la espalda, y una rotonda, bajo la cual está la máquina para sacar el agua, que las surte y riega el arbolado.

Con objeto de proporcionar su reparación y la de todos los demás, se ha formado recientemente un plantel o vivero en un grande espacio triangular, formado por calles salientes de este paseo, dividiéndose por tránsitos guarnecidos de árboles, rosales y otros arbustos de flor, donde ya se han criado sobre 100.000 arbolitos, muchos de ellos raros o exóticos… A este plantel, que constituye otro nuevo paseo, se ha dado el nombre de Delicias de Arjona…”. Álvarez (1849), p.97, “Vergel de las Delicias, cuyo centro es una plazuela rodeada de llorones, de la cual parten ocho calles rectas hasta los límites de este amenísimo recinto, que sirve de plantel … En su mayor altura hay una casita rural de bellísimo aspecto contiguo un criadero de flores delicadas, y un estanque para aves acuáticas.

En una de las extremidades del vergel está situado el templo gótico, que contiene la máquina de vapor para extraer el agua del río”. 
Si González (1839) p. 531, la máquina tenía una lápida en latín que decía así: “D. José Manuel de Arjona, asistente de la ciudad; renovó los paseos antiguos, hizo otros nuevos; formó un plantel para la reposición de los árboles; construyó cañerías; puso y exornó con un templete gótico; esta máquina de vapor; para regarlas alamedas y los sembrados inmediatos; año de1829”.

Tv Miñano (1828) p. 384, Delicias de Arjona. Glorieta, construía el año de 1832, con motivo de la venida a Sevilla del infante Francisco de Paula y su familia. Esta glorieta es el punto céntrico de la figura esférica que forman las Delicias; y de ella parten en distintas direcciones hasta la circunferencia, seis radios simétricos, formados por otras tantas calles de frondosos y elevados árboles: son éstos de distintas y variadas clases, la mayor parte de América, como acacias y castaños de Indias; chopos, moreras del país y multicaules, naranjos y otros frutales Braojos (1976) p. 326, muchos de los árboles de las Delicias de Arjona fueron facilitados por la cercana Compañía del Guadalquivir, entre ellos “34 falsas acacias, 12 plátanos de Oriente, 16 Gleditsias, 24 fresnos de Luisiana y 24 fresnos comunes”. Se comenzó con “la mayor parte de las especies de árboles cultivados en Aranjuez”. Pero poco a poco, otras especies comenzaron a llegar desde más lejos. En sus lecciones menciona los gansos del vergel.

Vio Boutelou (1842) p. 49, en 1825 se dio principio en Sevilla a nuevos trabajos de connaturalización de plantas, con la formación de semillero y plantel de las Delicias. Se establecieron almácigas de la mayor parte de las especies de árboles cultivados en Aranjuez… y después se trató también de aclimatar otras plantas procedentes de varios puntos, particularmente de la Isla de Cuba.

Si Mercurio de España, julio de 1827, Tomo VII, pp.35-38, remesa de plantas de la Habana, de Claudio Martínez de Pinillos a Arjona, 14 cajones, “donde además de las plantas vivas, vinieron sembradas semillas de varias otras, acompañadas de descripción  científica de todas ellas”. Pinillos eligió Sevilla como primer destino de sus envíos, “tanto por el singular cariño que conserva por esta población, donde pasó sus primeros años, como por la excelente disposición de su terreno para aclimatarlas, antes de trasladarlas a otros de más fría temperatura”.

xx Mercurio de España, julio de 1827, Tomo VII, p. 36, las plantas que llegaron vivas: un mango (Manguifera indica), árbol de pronto crecimiento y fructificación maravillosa: su fruta en perfecta madurez y sin cáscara, es un poderoso antiescorbútico–un mamey de Santo Domingo (Mammey americana), de fruto indigesto cuando no ha llegado a la madurez – cuatro morales de papel (Broussonetia papyrifera  o Papirus polymorphus, hermoso árbol que ya se cultivaba en el plantel de Bellaflor; por la maceración de su corteza obtienen en China la sustancia de que hacen el papel sedoso – un aguacate (Laurus persea o Persea gratissima), fruto muy agradable, aunque no lo parece a los europeos, mientras no se acostumbran a su gusto–dos gerstromias (Lagestroemia indica), Jupiter la más bella adquisición que ha hecho Cuba en la jardinería, se cubre de flores rosadas desde mayo hasta septiembre–un nogal de la india (Aleurites triloba), árbol muy bello para alamedas–un vomitel (Cordia sebestena), de bellas flores purpúreas en unos y blancas en otros, florece por abril y mayo, y nuevamente por septiembre…

La mayor parte de las plantas ha llegado perdidas enteramente, si bien algunas ya estaban en Sevilla, como el moral del papel, el cinamomo (conocido por paraíso y propagado en toda España) o la yerba de Guinea, que se cultiva en el plantel de Bellaflor.

Xxiii Boutelou (1842) p. 52: plantel de las Delicias y terrenos anejos de Sevilla, establecimiento destinado únicamente “para atender a la reposición del arbolado de los paseos de la misma; y para proveer de plantones de árboles a los ayuntamientos de la provincia que tratasen de formar en sus pueblos respectivos nuevas alamedas, o de reponer las marras de las antiguas; y también a otras corporaciones y particulares que tratasen de hacer plantíos con cualquier objeto que fuese…”.

D.JOSE MANUEL DE ARJONA - ASISTENTE DE SEVILLA

Por otra parte, Alfonso Braojos en su libro D. José Manuel de Arjona Asistente de Sevilla, Premio Ciudad de Sevilla 1974 en el apartado que dedica a los jardines de las Delicias podemos leer:

La viva presencia de los jardines nos recuerda la fecunda tarea de D. José Manuel de Arjona en la capital andaluza promovidos por el gracias a su “infatigable celo y perseverancia “

Sevilla contaba únicamente con los paseos de la Alameda y los de la orilla del rio; desde la Barqueta a San Laureano, el Paseo de las Delicias, desde San Laureano hasta el puente, el Paseo del Malecón y el del Arenal desde el puente hasta la Torre del Oro y más allá el Paseo de Bellaflor hasta Eritaña.

La ciudad estaba amordazada por las murallas y necesitaba de zonas verdes en su concepto higienista...

La predilección de Arjona por los jardines y la disponibilidad de fondos de la Extraordinaria gravamen destinado a obras públicas locales facilitos la empresa.

De cualquier forma, las obras de jardinería imputables a su quehacer personal se pueden circunscribir en tres; la Plaza del Duque en intramuros; y dos en el entonces extrarradio, las Delicias y el Salón de Cristina.

A través de la Gaceta de Madrid, desaparecidos los archivos municipales, podemos seguir el nacimiento y evolución de estos paseos, hoy me referiré solo al Jardín de las Delicias Viejas o Las Delicias de Arjona, que así se conocieron a través del tiempo

Los jardines de las Delicias estaban emplazados junto al Paseo de Bellaflor cerca de Eritaña. Su génesis se remonta al 1825, cuando la Junta Municipal de Propios y Arbitrios el 8 de octubre acordó destinar un pedazo de tierra de Bella Flor para establecer un almaciguero de árboles bajo la dirección del profesor de agricultura D. Claudio Boutelou, los terrenos estaban arrendados en aquel entonces a D. Natán Wetherel con quien se negoció para dejarlos expeditos.
Las obras del nuevo jardín fueron patrocinadas exclusivamente por el Asistente y debieron iniciarse en 1826.

En contacto con el Intendente de la Habana don Claudio Martínez de Pinillos se recibieron remesas de vegetales enviadas por este a Sevilla (mangos, mameyes de Santo Domingo, morales de papel, aguacates, gerstroemias, nogales de la India, vomiteles, campeches, imoncitos de olor, lirios sanjuaneros, paraísos, yerbas de Guinea a fin de resembrarlos en este plantel.

Se estableció un vivero para reponer y multiplicar sucesivamente las Alamedas.

En estos almacigueros se habían plantado y prosperado  en abundancia varios árboles exóticos como plátanos y tuyas de Oriente, sófora del Japón, catalpas y almeces de Occidente, chopos de Lombardía, sauces de Babilonia, morales de papel, arces hoja de parra y fresnos, falsas acacias, Gleditsia, fresnos comunes , de flor y de la Luisiana, guayacanas, ailantos, cedros de Virginia, castaños de Indias y otros varios que componen el numero de 87.227,sin incluir los que se habían trasplantado en los paseos….todo ello según la Gaceta de Madrid.

La climatología local haría después la labor de clasificar aquellos árboles que se adaptaban a la ciudad y a sus jardines...

El propósito era crear un jardín botánico y de aclimatación donde pudieran cultivarse fácilmente todas las especies de plantas de los climas templados y cálidos de las cuatro partes del mundo.

Arjona a lo largo de 1827 introdujo nuevas mejoras en los jardines que siempre basándonos en los artículos de la Gaceta de Madrid describimos.

“En el centro de una de las plazas circulares de este paseo más cercana al rio Guadalquivir se ha fabricado un pozo de nueve pies de diámetro y 39 de profundidad que recibe agua del rio por una robusta y capaz mina de 150 pies de longitud con los registros y precauciones para su limpieza y para liberarla de las avenidas y con la bajada en el cañón del pozo para registrar y componer la bomba doble que ha de sacar el agua “

Durante 1828 el mencionado plantel de aclimatación recibió incesantes mejoras, a la doble bomba, movida por un caballo, colocada anteriormente sobre el gran pozo construido en una placeta al extremo del Paseo de Bella Flor que antes citamos, se ha sustituido por una bomba de vapor de seis caballos de fuerza. Para sostenerla y apoyar la cisterna se han fabricado varios arcos de piedra en su interior, un pozo adicional para uno de los tubos y otras varias obras para la colocación de la caldera, hornillo, chimenea y demás aparatos de control.

Con el fin de resguardar la máquina y embellecer aquel lugar se está construyendo sobre un polígono de trece lados que forma el andén, un templete de estilo gótico cubierto por una azotea cuya deleitosa y variada vista dominara el arbolado y los Jardines de las Delicias.

La bomba extrae 243 arrobas por minuto con el tardo movimiento que se le da todavía.

El cronista Chaves, sintetizando cuanto se hizo en tan breve lapso de tiempo glosa la magnitud de la empresa. “escogió Arjona con buen acierto aquel lugar para edificar los jardines. Comenzaron las obras en 1826 y se dieron por terminadas en 1829 con gran satisfacción de los sevillanos.

Para contribuir más al embellecimiento de tal sitio se trajeron plantas hasta entonces no conocidas en Sevilla, las cuales se procuró cuidar con gran esmero.

Por último, se doto de abundante agua para el riego de los nuevos jardines, instalándose una máquina de vapor próximo a la orilla del rio Guadalquivir y para lo cual se llevó a cabo una construcción hecha al efecto obra del arquitecto Melchor Cano.

En 1864 se incorporaron algunas obras escultóricas que estaban en la Plaza del Museo y que provenían del palacio arzobispal de Umbrete tras el incendio sufrido en 1762. Se trataba de obras de arte de estilo rococó italiano, clasicista y de temática pagana, que fueron colocadas sobre pedestales de estilo rococó.

LOS ANTIGUOS JARDINES DEL PALACIO ARZOBISPAL DE UMBRETE
Extraído del texto de Fernando Amores

Podemos afirmar que el primer jardín privado que se construyó en el Sur de España, del tipo que podemos llamar “artístico “,  ”clásico “, o “ formal “ para distinguirlo de otros modelos considerados “ paisajistas “,fue el que existió en el Palacio Arzobispal de Umbrete, que se debió a la iniciativa de Don Francisco de Solís Flocho de Cardona (1713-1775 ) cardenal arzobispo de Sevilla.

Desempeñaba las funciones de lugar de recreo y descanso de los prelados sevillanos, que existió como casa de labor al menos desde e el siglo XVI.

Nada debe extrañarnos que el cardenal Solís mandase construir estos jardines en su segunda residencia.

No carecía por tanto Francisco de Solís de recursos económicos, ni formación, ni gusto por el lujo y la vida descansada, cuando tuvo la idea de enriquecer su palacio de Umbrete con unos jardines, sino muy extensos, si de una considerable belleza y de tipología única hasta ese momento en estas tierras.

“el conjunto de fuentes y estatuas es de lo más bello que se conserva en Sevilla y muestra excelente de la decoración de un jardín palaciego; son tan poco frecuentes las de este carácter en la región, que puede considerarse como único modelo “según D. Antonio Sancho Corbacho, solo comparables con los que se construyeron en 1771 en el Retiro de Churriana. Málaga.

El espacio ocupado por los jardines. cuyo sencillo diseño cabe atribuir al arquitecto Ambrosio de Figueroa, quien trabajo para el cardenal al menos desde 1758, se situaba al norte de la edificación palaciega, en el centro de la villa; estaba delimitado por tapias en las que se abría una portada palaciega, mientras en uno de sus ángulos se hallaba la casa donde vivía el jardinero con su familia. 

En el centro se hallaba un espacio de considerable amplitud, pues aparecía cerrado por 32 lienzos de rejas de hierro pintadas de verde, al que se accedía a través de una portada del mismo material. Esta era el lugar más interesante y  bello  del conjunto, pues en su centro se hallaba una fuente de mármol y a su alrededor simétricamente dispuestos entre árboles y plantas se erguían treinta y seis pedestales de piedra sobre los cuales figuran veinticuatro esculturas de mármol, doce de tamaño natural  y otras tantas algo más pequeñas, que representaban  dioses de la mitología griega y romana, completándose la decoración escultórica con treinta y tres bustos igualmente de mármol. Diez de los cuales se hallaban colocados sobre los pedestales y el resto sobre u n frontispicio de ladrillo.

En este mismo espacio central se hallaba una  alberca para el riego, rodeado por un pretil sobre el que se situaban siete jarrones blancos de cerámica, y a su lado se disponía de una noria cuya gran cubierta aún subsiste hoy; se trata de una interesante construcción de ladrillo enfoscado y encalado de planta octogonal levantada sobre una alta base a la que se accede por tres escalones formando sus anchos  pilares ocho arcos cerrados por rejas en su mitad inferior, siendo la parte más notable la cubierta en forma de chapitel con tejas coronada por una sencilla cruz patriarcal de hierro……

Por el resto de los jardines se distribuían en gran número flores y plantas  de distintas especies, algunas formando cuadros y otras plantadas en más de ochenta macetas, muchas de las cuales eran de cerámica azul y blanca y entre las que había rosales de diversos tipos, arrayan, bojes y cipreses: había igualmente numerosos árboles frutales, como higueras, granados ,melocotones ,perales y membrillos, pero sobre todo destacaba la presencia de decenas de naranjos chinos, los cuales formaban una red tupida que a los  autores del inventario les resulto imposible contarlos. Finalmente, entre cuatro de los cuadros formados por plantas se hallaba un merendero de construcción octogonal con remates de cerámica.

Fecha de construcción de los jardines de 1757 a 1762.-

En 1844 de trajo a Sevilla el conjunto que formaban la fuente y las esculturas de la residencia arzobispal de Umbrete, en el marco de las obras que incluían la construcción del nuevo paseo, y formación del antiguo edificio del convento de la Merced en el Nuevo Museo de Pintura y Esculturas de Sevilla ,obras iniciadas en 1841 ,se construyó ante la puerta principal una glorieta en alto con jardines alrededor y en ellas se colocó  este año 1844, la fuente llamada de Baco( después Neptuno Niño) y posteriormente se colocaron algunas esculturas y bustos que se hallaban en el mismo museo quedando el resto almacenado en sus salas.

En el 1844 fueron trasladadas a la Plaza del Museo y después a los jardines de las Delicias.

Fueron veinticuatro pedestales de distinta forma y tamaño, la fuente de Neptuno y tres esculturas. En el Museo de Bellas Artes se conservan dos bustos quizás los mejores del conjunto.

Los bustos que se instalaron primero en la Plaza de Museo y  más tarde en las Delicias, hay que decir que en la segunda mitad de la década de los ochenta del pasado siglo XX sufrieron al igual que las estatuas, los efectos del vandalismo salvaje, que incluyo destrozos, pintadas e incluso robo de piezas completas, por lo que el Ayuntamiento decidió su retirada, sustituyendo algunos por copias de poliéster que también se hubieron que quitar de su emplazamiento y llevando lo que quedo a los Almacenes Municipales,.

Cuatro esculturas representando a los dioses, Apolo, Juno y Mercurio y una cuarta no identificada estuvieron colocadas, al menos hasta 1983 en el Salón Alto de las Delicias y las cuales desaparecieron siendo sustraídas, repuestas en la última restauración por jarrones seriados.

El mejor elemento del conjunto es sin duda la fuente, que aunque antiguamente fue llamada Baco, según Sancho Corbacho su figura escultórica central debe corresponder a una representación infantil de Neptuno o el Neptuno Niño.

Posiblemente la fuente de Neptuno Niño sea una de las más simpáticas y quizás desconocidas que hoy podemos encontrar en Sevilla.

El basamento de la misma es de piedra formando un mosaico de motivos geométricos.


Esta deidad esculpida en mármol blanco se sitúa en una coqueta glorieta de los Jardines de las Delicias de Arjona, estos jardines con los cuales la ciudad recuerda a uno de sus Asistentes más populares, a pesar de ser el pionero en la destrucción de sus murallas y puertas y llevarse por delante la coracha que unía las torres del Oro con la de la Plata con la excusa de dar continuidad al Arenal. 

Después vendrían muchas más escusas y muchos más lienzos demolidos, hasta lo que nos queda hoy.

Volviendo a nuestro regordete y rollizo protagonista, aunque con un desarrollo abdominal bastante importante para la edad que se le supone, Neptuno Niño o Neptunio centra todos sus esfuerzos en soplar una caracola con la que quizás quiera invocar a otros dioses amigos perdidos con el paso de los siglos y de los cambios de sitio.


Porque la historia de esta infantil escultura barroca se remonta nada más y nada menos  que a mediados del siglo XVIII, cuando la encontramos adornando los jardines del palacio veraniego que el arzobispo Francisco de Solís mando levantar en Umbrete.

Pero el abandono primero y los enfrentamientos de la Iglesia con el gobierno del general Espartero después, provocaron el desmantelamiento del fabuloso conjunto artístico, siendo nuestro niño trasladado en 1844 junto a otras esculturas, entre ellas 24 bustos de mármol blanco de Carrara a la recién creada Plaza del Museo, ya en Sevilla.

Como hoy lo hace el genial Bartolomé Esteban Murillo, nuestro Neptuno Niño se situaba en el centro de esta plaza, abierta tras la demolición del convento Casa Grande de la Merced.

A sus alrededores se encontraban los bustos a los que antes hicimos referencia y otras deidades clásicas como los Mercurio, Marte, Apolo, Juno que sobre pedestales atribuidos al escultor Cayetano de Acosta (mediados del siglo XVIII) guardaban las cuatro esquinas de un elegante espacio conocido como el Salón Alto.

Un “lindísimo paseo “en palabras de José Velázquez, cronista dela época en el que intervinieron el arquitecto Balbino Marrón y el paisajista Andrea Ross, bajo el mecenazgo de Fermín de la Fuente y que sería inaugurado con un baile el 27 de mayo de 1846 dentro de los actos celebrados en la boda de los Duques de Montpensier.

En cuanto a las esculturas de las veinticuatro que existieron en los jardines de las Delicias, en Umbrete solo se conservan tres en los Jardines de las Delicias, la mejor conservada es Hispania, en la que se aprecia aun la blancura original del mármol y en la cual la figura femenina tocada con corona de laurel, es esbelta y de serena prestancia con sus atributos característicos de la bola del mundo y la doble flauta.
Otra de ellas representa el Dios Pan, apoyado sobre el tronco de un árbol, con rostro barbado, la mitad inferior del cuerpo de aspecto animal y la superior humana, destacando la disposición de la misma con la dinámica y bella curva praxiteliana. Desde este lugar, un tanto escondida por la frondosidad de los jardines y la generosidad de la naturaleza a la que siempre perteneció este personaje, descubrimos la estatua del dios Pan. Pelo y barba erizados, cuerpo de hombre, patas de macho cabrío y un vellón que cubre parte de su torso. Así se nos muestra el dios agreste, tal vez sus manos hoy pérdidas portaran una flauta o caramillo.

Alzada sobre pedestal, la diosa Venus que aparece acompañada por el niño Dionisio, figura cubierta en parte por un manto que le cae por detrás con la pierna izquierda adelantada y la mano derecha. Sujetando el manto, mientras que la izquierda la coloca sobre la figura infantil; a la imagen de Venus le falta la cabeza, pero en la del niño se observa una talla bastante lograda.


 Por desgracia, la diosa fue decapitada el acto vandálico debió producirse sobre mediados de los años 80 del s. XX.

La figura de Mercurio aparecía tocada con sombrero y un amplio manto recogido en el brazo derecho y que le cubría la anatomía por detrás casi al completo. Recogido por el otro lado en la cintura a modo de sudario, con un pudor propio del jardín de un eclesiástico esta fue trasladada a la Plaza San Francisco.-

 La figura de Apolo, de gran clasicismo, con un perro a sus pies y con el acertado tratamiento anatómico que vemos en las demás estatuas, y la misma melancolía en la expresión, con la mirada perdida en el infinito Por su parte la de Juno solo muestra el desnudo de uno de sus brazos y la pierna correspondiente, que deja ver al recoger con su mano el ampuloso manto, mostrando como las otras un bello tratamiento de cabello a base de mechones individualizados peinados hacia atrás dejando ver el rostro.

Si seguimos hacia adelante, muy pronto encontramos la Glorieta de Urania, que, como su propio nombre indica, debe su denominación a la imagen que representa a la musa de la Astronomía. Mirando hacia su derecha y cubierta con un manto de cintura para abajo, la imagen de Urania se nos presenta sosteniendo en su mano izquierda una bola que representa el globo terrestre, además de unas cartas de navegación. El basamento está rodeado de jazmines en un parterre otrora plantado de flores...

En cuanto a los bustos, del conjunto de treinta y tres que se citan en la descripción del jardín, solo se conservan en Sevilla veintiuno, aunque cuatro de ellos están completamente destrozados.

Mención aparte merecen los pedestales elaborados con piedra sipia extraída de las canteras de Morón de la Frontera y que constituyen una singular muestra de la escultura pétrea de la segunda mitad del siglo XVIII. Tanto por la calidad de la talla como sobre todo por la originalidad de los diseños




LA EXPOSICION IBEROAMERICANA


Próximos al año 1929 se acordó remodelar los jardines para incorporarlo a la Exposición Iberoamericana que se celebraría en la ciudad.

Como zonas reformadas por la implantación de algunos de los pabellones de la Exposición Iberoamericana de 1929, quedan por describir los extremos sur y norte del propio jardín. 

En el primero se ubicaron los de Marruecos y Colombia, y el de Guinea, este desaparecido, conservando, en torno a ellos, el carácter de zona ajardinada en la que se plantearon construcciones dispersas y exentas. En el sector contrario, la principal alteración del jardín se llevó a cabo como consecuencia de la construcción del pabellón de Argentina. Esta edificación de gran desarrollo en planta, alteró el espacio que se encuentra a su alrededor principalmente en la parte anterior a la fachada principal, ante la cual se diseña un acceso para el tráfico rodado a modo de apeadero que deriva desde la avenida de la Palmera, similar al planteado en la acera frontera, coincidiendo con una de las entradas del parque de María Luisa. 




Más próximo al vértice del jardín por el extremo norte se encuentra el pabellón de Guatemala, y seguidamente, una pequeña glorieta...junto al pabellón en una época existió un área de juegos infantil con piscina de chapoteo, los elementos de juego fueron donados por las Fuerzas Aéreas Americanas.



En la actualidad, y abarcando la totalidad de la planta de lo considerado como jardín de carácter histórico, los Jardines de las Delicias representan para el sector de la ciudad en la que se ubica, una importante área ajardinada que cuenta con interesantes especies botánicas y otros elementos de mobiliario urbano original del momento de su diseño. Aunque separado del extenso parque de María Luisa por el Paseo de las Delicias, conecta con este sector de gran densidad de zonas verdes de interés patrimonial de la ciudad, con el cual y a pesar de las diferentes razones que los crearon, se ejerció una unión en la que la implantación de algunos de los pabellones de la Exposición Iberoamericana de 1929 otorgó un cierto carácter unitario.

Dos viviendas dentro de los jardines ocupadas por los jardinero mayores de la ciudad, Manuel Romero y su hermano Agustín, una donde estuvo el pozo de riego, habitada durante años por jardineros y ahora arrendadas por el Ayuntamiento a un negocio de restauración, otra de las viviendas es hoy el centro de trabajo de los jardineros que conservan los jardines de las Delicias y el Parque de María Luisa.

Un kiosco, denominado Bar Líbano, que durante muchos años se convirtió en un bar de ambiente familiar, ahora ha venido a engrosar los muchos de ambiente nocturno.


EL MACETERO, ELPASEO DE LAS DELICIAS Y LA CALLE SANTIAGO MONTOTO

. Los jardines pierden con la restructuración del Muelle de las Delicias con el objetivo incumplido de incorporarlo a los Jardines de las Delicias sin vallas, ni cerramiento. La supresión del tránsito rodado de la calle Santiago Montoto que nos conducía a la zona portuaria, fue peatonalizada en 2007 y el jardín aumento por elevación su cerramiento para proteger los jardines de los actos vandálicos que había sufrido durante algunos años aislándolo de la zona del Puerto.

Antonio Burgos en su recuadro de ABC ironizaba:
“Y en Puerto Delicias han borrado de un plumazo la memoria de don Santiago Montoto de Sedas (1890-1973), el gran historiador de Sevilla, articulista de ABC, comentarista radiofónico de la BBC o del programa "Sevilla en la Historia y la leyenda" que desde Radio Sevilla enseñó a tantos a amar a la ciudad. Montoto escribió libros fundamentales como "Las calles de Sevilla", "Sevilla en el Imperio", "Cofradías sevillanas", "Esquinas y conventos de Sevilla" o una impagable "Nueva Guía de Sevilla" editada cuando la Exposición del 29 por la Comisaría Regia de Turismo y que por estar encuadernada en tela de ese color su autor llamaba cariñosamente "La Coloradita". A su muerte, el Ayuntamiento le dedicó en 1974 la calle que iba de la Glorieta de los Marineros Voluntarios a la avenida de Moliní, a espaldas del Pabellón de Argentina. Esa calle ha desaparecido como tal con la ordenación de Puerto Delicias y no han sido ni para ponerle a aquello "Paseo de Santiago Montoto", tal como se llamaba y se sigue llamando oficialmente. Porque llama usted al 010, pregunta, y le dicen que la calle Santiago Montoto va de Marineros Voluntarios a Moliní. Pero busque usted el rótulo...y la calle. Ay, si en vez de Santiago Montoto la calle se llega a llamar Pilar Bardem.”

Con anterioridad los jardines habían recibido un duro golpe al ser taladas las cuatro hileras de árboles que los separaban del Parque de María Luisa por el Paseo de las Delicias, la sumisión de la ciudad al automóvil en un mal entendido progreso acabo con los árboles del paseo, quedando los Jardines de las Delicias aislados del Parque por una vía de circulación rápida que lo único que le ofrecía es más ruido y menos placidez para el disfrute del jardín romántico que el Asistente Arjona soñó, a la vez se sustituye el cerramiento bajo y transparente de los jardines dotado de rosales piti-mini, por el vetusto cerramiento actual.


Antiguamente los jardines habían albergado la nave taller del tren de la Exposición un macetero donde se cultivaban plantas en maceta, entre ellas los tradicionales crisantemos Turner que lucían en las plazas y jardines de la ciudad a la llegada del mes de noviembre y el invernadero que procedente de los jardines del Palacio de San Telmo se instaló en el macetero. La nave fue trasladada al Vivero de los Remedios, el macetero desapareció y la estufa invernadero fue desmontada y vendida como chatarra.

La desaparición de estos elementos propicio la ampliación de los jardines hasta la antigua calle  Santiago Montoto donde se respetaron los árboles y palmeras existentes entre las que se destaca un Phoenix reclinata.-Palmera de Senegal, procedente de un plantel del propio macetero, así como las Jacaranda mimosaefolia.-jacaranda y Púnica granatum flore pleno.-Granado balaustre o granado de flor, con posterioridad se han agregado otras plantaciones de árboles subtropicales como la Erythrina crista galli.- Árbol del coral de Argentina, la Ceiba speciosa.-Palo borracho, el Brachychiton discolor.-Brachichiton rosa y el Brachychiton rupestris los dos australianos y como autóctonas el Quercus ilex.-encina y el Chamaerops humilis.-Palmito.

Phoenix reclinata
Recuerdo todavía cuando se nos comunica que en el Sector Sur en unas obras que se estaban llevando a cabo y entre escombros aparecieron unas esculturas, estaba en el Ayuntamiento el Sr. Antonio Sancho Corbacho y el alcalde era D. José Hernández Díaz, fuimos a recuperar las esculturas aparecidas que resultaron ser las procedentes de la Plaza de los Conquistadores del Sector Sur situadas al lado de la fuente que presidia la plaza en la Exposición del año 1929.

Recuperadas las esculturas resultaron ser:
1.      Iberia: cuyo autor es Francisco Marco Díaz Pintado. La imagen aparece como una diosa, en una mano lleva un racimo de la abundancia.
2.      Río Magdalena: cuyo autor es José Laffita Díaz. La escultura está inspirada en una alegoría del río Magdalena en Colombia. Vemos un joven recostado sobre frutas y un caimán. De estilo clásico.

3.      Río Guadalquivir: cuyo autor es Agustín Sánchez Cid. Vuelve a representar a un joven, pero esta vez junto a la cabeza de un toro y un ramo de la abundancia, igual que Iberia. De estilo clásico.


Esculturas que a partir de este momento fueron emplazadas en esta ampliación de los jardines.

LOS JARDINES DE LAS DELICIAS DESPUES DELA RESTAURACION.-

De este a oeste, los Jardines de las Delicias se ordenan con la siguiente secuencia: una franja extendida de forma paralela al Paseo de las Delicias, donde se encuentra la trama de mayor carácter romántico, efecto conseguido mediante la ordenación de los circuitos en torno a glorietas de planta circular comunicadas por senderos de recorrido recto o curvo.

En ellas se conservan fuentes o pedestales con esculturas que dan al conjunto un buscado carácter escénico. La primera de ellas, dedicada a Venus, presenta una escultura central sobre alto pedestal; la segunda, a Urania, también se compone de escultura central sobre pedestal; y en la tercera, se encuentra una fuente central con escultura de un niño jugando con una caracola. Pasado el paseo del Líbano hay tres glorietas más en el flanco cercano al Paseo de las Delicias, mientras que en el contrario hay solamente dos. De aquellas, una se dedica una al pintor Joaquín Sorolla (colocada en 1824 por el Ateneo sevillano) y otra al dios Pan. De las segundas, la primera es de planta cuadrada, en la que existe una grada decorada con pedestales y esculturas en las esquinas, uniéndose a otra de planta circular. Por último, encontramos un espacio ordenado en torno a un estanque central de planta rectangular.




 

La zona situada en el sector trasero al descrito, extendida hasta el límite oeste del jardín, presenta amplias praderas de césped en la que se encuentran tres glorietas y una ordenación muy clara compuesta por senderos de albero. Esta área pertenecía al espacio en el que se encontraba el antiguo macetero, razón por la cual presenta una ordenación muy diferenciada al resto del jardín, al ser la más reciente en el proceso de incorporación en las remodelaciones de todas las áreas ajardinadas que lo componen y por no haberse planteado una ordenación de carácter simétrico.

En la actualidad, y abarcando la totalidad de la planta de lo considerado como jardín de carácter histórico, los Jardines de las Delicias representan para el sector de la ciudad en la que se ubica, una importante área ajardinada que cuenta con interesantes especies botánicas y otros elementos de mobiliario urbano original del momento de su diseño. Aunque separado del extenso parque de María Luisa por el Paseo de las Delicias.

Su extensión es de 54.252 m², que debido a acontecimientos como la Corta de Tablada, la celebración de la Exposición Iberoamericana (que propició la construcción de algunos pabellones) o la ampliación del Paseo de las Delicias, han reducido su superficie ajardinada.

Como fase definitiva en la ordenación espacial del jardín es preciso destacar el momento en el que se incorporó el total de su planta al recinto de la Exposición Iberoamericana de 1929. La vinculación con este evento fue también la causa por la que se produce un incremento patrimonial en el recinto, en el que se levantaron inmuebles pertenecientes al marco del regionalismo y el historicismo de tradición colonial, consiguiendo unas características de unidad estilística e histórica en su arquitectura que homogeneíza el sector a ambos lados de la Avenida de la Palmera. (María Rosa, 2003; José Alfonso Muriel, 2014).

Los jardines fueron declarados el 18 de mayo de 2004 Bien de Interés Cultural BIC, dentro de la categoría de Jardín Histórico.

Otra obra civil es el estanque central, de planta rectangular, que se encuentra delante de La casa del estanque, al cual le da nombre.


En cuanto a esculturas, el Parque posee numerosos pedestales y bustos de mármol ya descritos anteriormente

.-Glorieta de Haití.- Glorieta de gran tamaño, circular, en el centro una fuente octogonal, rodeada por un seto de arrayan, a su alrededor, cuatro bancos circulares forman la glorieta. Posee también pedestales con bustos romanos en mármol de Carrara. Algunos bustos están decapitados por actos vandálicos.

En los jardines estuvo emplazado en la alberca de la casa del estanque la figura de Mercurio que preside hoy la fuente de Mercurio de la plaza de San Francisco en el centro de la ciudad, asimismo la fuente que preside la plaza de la Alianza en el barrio de Santa Cruz fue retirada de estos jardines, se encontraba al lado de la casa del estanque y por el contrario procedentes de restos existentes en los almacenes municipales se recompusieron otras fuentes que no existían en los jardines  históricos originales,


ESPECIES VEGETALES MÁS IMPORTANTES QUE PODEMOS OBSERVAR EN LOS JARDINES.







ARBOLES SINGULARES EN EL JARDIN

Junto al que fuera pabellón de Guatemala, (Hoy dependencias del Conservatorio de Danza de la Junta de Andalucía) en una zona que ha perdido su ordenación compositiva inicial, encontramos grandes ejemplares de plátanos de sombra y un enorme pino canario (Pinus canariensis) acompañado de unos impresionantes Ombúes o bellasombra - Phytolacca dioica

Pino canario

Ombú
En la entrada junto al antiguo pabellón de Argentina, antiguo Instituto Murillo y ahora Conservatorio de Danza de la Junta de Andalucía se abre un amplio paseo de naranjos amargos, Citrus aurantium var. amara, algunos posiblemente de los más antiguos de Sevilla plantados durante la creación del jardín, un recorrido marcado por el intenso aroma del azahar en primavera.


Junto al paseo la pradera grande antiguamente presidida por una escultura de Diana Cazadora sobre un pedestal cubierto de conchas marinas, que en un acto de vandalismo fue derribada y convertida en varios pedazos, restaurada se encuentra en las oficinas del Servicio de Parques y Jardines en el Pabellón Marroquí, destaca un magnifico Taxodium distichum. - Ciprés de los pantanos y una magnifica Araucaria heterophylla. -Araucaria

Taxodium distichum
Dentro de los jardines destacaría un magnifico almez. - Celtis australis., una Magnolia grandiflora y un grupo de toronjos sin clasificar. - Citrus spp. una Thuya orientalis. - Árbol de la vida de gran tamaño y un boj Buxus sempervirens por su gran tamaño en nuestro clima.


 
Celtis australis en invierno
Próximo a la casa del estanque el único sapino o árbol del jabón que conozco en Sevilla. - Sapindus mukorossi y recientemente plantado un roble. - Quercus robur.

Sapindus mukorosii
En el Pabellón Marroquí una Magnolia x soulangiana. - Magnolia de hoja caduca, una Plumeria alba protegida por el edificio, un Hibiscos arnotianus. - Pacifico de flores blancas y una de las más grandes Strelitzias nicolai. - Strelitzia gigante que existen en Sevilla.

Magnolia x soulangeana

EL ROMANTICISMO DEL JARDIN

El intenso tráfico que discurre por el Paseo de las Delicias que toma su nombre del Jardín, no ha podido acabar con el ambiente recogido y tranquilo que todavía se puede respirar en estos jardines, bien sea perdidos entre la espesura de su vegetación, o absortos en la contemplación de su reducida pero escogida estatuaria, evocadores de un tiempo irremediablemente pasado.

En el año 2004 fue declarado Bien de Interés Cultural dentro de la categoría de Jardín Histórico

Desde el verano de 2007 cuenta con un cerramiento en todo su perímetro. Las rotondas, los jardincillos, las fuentes, los estanques, los árboles, las esculturas, todo ha sido restaurado y devuelto a su antigua dignidad.  Esperemos que permanezca así por siempre este rincón mágico y que no sea de nuevo castigado por la ignorancia y el vandalismo de personas irrespetuosas.

Es éste un lugar romántico de la ciudad que ha sido por fin rehabilitado y adecentado de su lamentable estado

La restauración discutida y discutible se orientó más que nada a un cerramiento de los jardines que nunca había existido con esta contundencia, el que existía era más permeable, también más inseguro contra los actos vandálicos que tuvo que afrontar y a la renovación del alumbrado por otro más moderno y a la restauración de las esculturas e incorporación de jarrones en el Salón Alto sustituyendo a las esculturas que habían existido. Bien después del abandono que habían sufrido les vino bien estas restauraciones, sin embargo, nada se hizo en lo que respecta a la vegetación, una ordenación de la misma es necesaria ya que presenta un desorden y una mala lectura del jardín romántico que quiso construir y construyo el Asistente Arjona. Esperemos que le llegue el turno a la jardinería de este jardín declarado Bien de Interés Cultural en todos sus aspectos

Destacaríamos de estos jardines no sólo su belleza paisajística y su importancia histórica y ecológica sino también la cantidad de esculturas y elementos relativos a la mitología grecorromana que se encuentran allí, muchos de ellos copias de los originales en poliéster.

El Ayuntamiento de Umbrete, sin embargo, ha solicitado en varias ocasiones la devolución de algunas esculturas expoliadas de los jardines del Palacio Arzobispal en su momento, como reparación de una injusticia histórica.

                          Sevilla Julio de 2016

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