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José Elías Bonells. -Ex adjunto a la Jefatura al Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla

jueves, 1 de septiembre de 2016

Los árboles en la Historia



HISTORIAS EN VERDE. -LOS ARBOLES EN LA CIUDAD
REFLEXION


En relación al largo tiempo en el que las plantas y los árboles han evolucionado, los 5.000 años del (Pinus aristata) parecen un momento, y todavía tienen que conocer durante su largo período de vida muchas nuevas y modernas civilizaciones. Es alrededor de un árbol antiguo donde los hechos de la Biblia tienen lugar. Fue hace miles de años, cuando las civilizaciones griegas se levantaban y caían, y sobre tres mil años la dominación del Imperio Romano.

Podían ser vistos por el primer hombre que cruzó Asia a través del puente de tierra que conectó Siberia con Alaska. En este tiempo los europeos viajaban sobre tierra firme desde América, fue hace 4.000 años. Toda la civilización europea del Este fue tomando sitio, era ya tan antigua, como muchos árboles que existían.

Admitiendo que existen pocos árboles que vivan como él (Pinus aristata,) y que hay otros árboles que han vivido con Chauser o Shakespeare cuando escribían, admitimos que los árboles sobreviven muchos años. Hay otras plantas que forman comunidades, que pueden vivir muchos años, pero en estos casos es difícil discernir cuál es la planta primitiva u original, o a menudo, si ésta existe.

Debido a su longevidad, muchos árboles tienen asociación con hechos históricos. El plátano (Platanus x hispánica), bajo el cual Hipócrates se sentó en la isla de Kos, no existe en la actualidad, pero sobrevivió durante largos años.

Los plátanos fueron objeto de veneración durante muchos años en la antigüedad. Xerxes se detuvo especialmente- mientras marchaba hacia Persia para invadir Grecia- para visitar un gran plátano que le gustaba y el cual colgaba joyas en sus ramas. Carlos II fue capaz de esconderse en las ramas de un roble en Boscobel, el roble no existe, pero el arce en el cual el duque de Monmouth se escondió 40 años más tarde permanece todavía. El roble cerca del cual Guillermo II fue asesinado en New Forest esta reconocido que es el mismo que se muestra a los turistas hoy en día.

Una pequeña atención mereció el lugar del nacimiento de Shakespeare, cuando en la mitad del siglo XVIII el famoso actor David Garrik acudió a un festival en Stratford. Una morera estuvo creciendo en el antiguo jardín de Shakespeare, pero, aunque ha durado 200 años, fue pronto destruida para hacer recuerdos. Todavía hoy, algunas moreras crecen fácilmente de los rebrotes de aquélla, y no es imposible que muchas de ellas sean de la que inició su vida como la morera de Shakespeare.

Todavía existen muchos sauces de la época de Napoleón. Existió un sauce llorón en Longmoor en Santa Elena, donde Napoleón se exilió. Después de su muerte fueron tomados esquejes de los mismos convirtiéndose desde entonces en un árbol popular en Francia e Inglaterra. Presumiblemente, mucha gente fue engañada con estos sauces llorones, pero no cabe duda algunos fueron originales.
Lo mismo de podría hacer con el ombú que planto Hernando Colon en la Cartuja.

Porque los árboles viven muchos años, son frecuentemente utilizados para conmemorar algún evento. Una visita real es frecuentemente celebrada con la plantación de un árbol, siendo muchas las veces que un árbol singular es plantado.  Que yo recuerde, el presidente el Líbano plantó un cedro, un regente de las Islas Canarias un drago, una embajada japonesa unos cerezos, un concejal un ficus y un amigo quiso plantar un árbol el día que había nacido su hijo, algunos todavía viven... Cerca de la abadía de Amesbury, en Wiltshire, pueden ser contemplados grupos de hayas, que parecen plantadas al azar y en realidad representan la posición de las escuadras inglesa y la francesa en la batalla de Trafalgar. En Solikull, Birmingham, existe una excelente avenida de tilos, plantada en 1.815 para celebrar la victoria de Waterloo. En Packwood, en Warwickshire, una colección de pirámides topiarias de tejo representa el sermón de la montaña. Dicen que fueron plantados en la época medieval o en el siglo XVII, pero en realidad lo fueron en 1.850.



LOS ARBOLES EN LA RELIGION

Los árboles siempre han sido significativos en la religión. El árbol bajo el cual Buda se sentó es el (Ficus religiosa); mientras otro ficus es asociado con el dios hindú Krishna (Ficus krishnae). El muérdago (Viscum álbum) tuvo gran significado religioso para los "Druids" y Frazer fue capaz de escribir muchos volúmenes en el mordaz Golden bough. Desgraciadamente conocemos poco sobre los "Druids" (sacerdotes-magos del pueblo celta), sin embargo, sabemos que sólo un tipo de muérdago vive sobre los robles en Francia y Gran Bretaña, lo que sugiere que hay algo cierto acerca de la leyenda. Cuando los paganos, como los anglosajones, se convirtieron al cristianismo, los misioneros recibían instrucciones de incorporar sus supersticiones en los rituales de la iglesia.

La gente que vive en climas templados- donde muchos árboles tiran sus hojas en invierno- los árboles de hoja persistente son observados con reverencia. Por ello es por lo que cantamos villancicos al acebo, la hiedra y el muérdago en Navidad, y ponemos el árbol de Navidad en nuestras casas, aunque el árbol de Navidad es una introducción más reciente, fue traído por el príncipe Alberto de Inglaterra durante el último siglo.

Los árboles relevantes despiertan una cierta admiración, el (Crataegus monogyna "biflora") es un ejemplo. En apariencia, es semejante a un espino majoleto, sin embargo, posee abundantes floraciones que, en inviernos templados aparecen desde enero-febrero. Después de que el calendario fue reformado en el siglo XVIII, la Navidad cae en diciembre. La leyenda indica que después de que Cristo murió, José de Arimatea viajó a Glastonbury para convertir a los anglosajones. Como manifestación de la divinidad de Cristo, clavó su cayado en la tierra, donde enraizó y floreció el día de Navidad.

Una leyenda similar se cuenta en Alemania acerca de Tannhauser, donde un peregrino se convirtió en una flor y fue incorporado en la ópera de Wagner.

El árbol parece ser un símbolo universal religioso desde el árbol de la vida de Buda (Lignum vitae), a través del conocimiento de Yggdrasil en la mitología Nórdica. En el Nuevo Testamento, Jesús maldice la estéril higuera y Judas se ahorca en un sauco de acuerdo a una tradición, ó quizás en un árbol de Judas (Cercis siliquastrum) que es más común que el sauco en Palestina.

El origen de la corona de espinas es un problema que ha preocupado largamente a los botánicos religiosos. El candidato más popular parece ser el (Paliurus spina-christi), espina de Cristo, pero las formidables acacias armadas de púas de la región pueden ser candidatas aventajadas, para decidir, hay varias plantas para escoger.

La mirra de los ismaelitas y de Jacob era obtenida de un tipo de jara (Cistus spp.), pero la mirra discutida en el Éxodo y los Salmos es originaria de otra planta. Es posible que sea de la exudación de una goma de (Balsamodendron myccha,) planta nativa de Arabia y Somalia.

El tejo (Taxus spp.) tiene una remota conexión con la religión, habiendo sido plantado en muchos cementerios en Inglaterra, igual que los cipreses (Cupressus sempervirens) en nuestras zonas mediterráneas.


EL VIEJO MUNDO

¿Cuáles fueron los árboles que nos trajeron los romanos o qué plantas trasladaron de un lugar a otro de su vasto imperio?

Las plantas útiles son siempre cultivadas y transportadas antes que las ornamentales. Si los romanos trajeron el castaño y el nogal a Europa, lo hicieron porque querían sus frutos.

A mediados del siglo XVII, después de varias expediciones botánicas, las plantas del Viejo Mundo eran ya muy conocidas e introducidas, en 1.600 el castaño de Indias procedente de Asia Menor, a mediados del siglo el cedro del Líbano (1.746).

Con John Tradescant (1570-1638) se inicia la introducción de árboles del Nuevo Mundo.

China era la cuna de los jardines. Los emperadores chinos, durante más de 5.000 años habían coleccionado plantas.

China no tenía ningún deseo de permitir la entrada de los bárbaros.

Todas las relaciones con China estaban sujetas al capricho imperial. D’Incarville tuvo suerte y después de él, las puertas se cerraron de nuevo.

La jardinería china hizo furor en Europa durante un tiempo, con la construcción de pagodas en los jardines, la primera en Kew (1.761).

Con el Japón la historia fue muy semejante; los europeos eran mantenidos a distancia, sólo los holandeses fueron autorizados a comerciar, pero se les confinó a una isla donde podían salir sólo una vez al año para llevar regalos al emperador en Yedo (Tokio).

Kaemfer, doctor y botánico alemán al servicio de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales hizo las primeras descripciones de los árboles japoneses, él descubrió el Ginkgo (árbol de origen chino, pero que al igual que el arte de la jardinería, fue importado al Japón muy pronto).

En los comienzos del siglo XIX, los botánicos recorrieron el mundo de acá para allá como las hormigas. Les faltaba llegar al Extremo Oriente, donde su único contacto era la Compañía de Indias del Este en la costa de China.

La intrepidez de un oculista bávaro, Philip von Siebold (quien era capaz de curar cataratas) le dio la oportunidad de penetrar en el Japón y hacer el primer reconocimiento de su flora.

¿Qué ocurrió con todas las plantas y los trabajos resultantes de estas expediciones?

¿Surgió una escuela de jardineros paisajistas que aprovechara tal cantidad de material nuevo y maravilloso?

Esto fue en realidad lo que ocurrió, se utilizaron los jardines, se realizaron colecciones de árboles (arboretos), se plantaron en jardines botánicos y otras se cultivaron en viveros comerciales como más adelante detallamos.

                                       Sevilla julio 2106

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