HISTORIAS EN VERDE.
LOS ARBOLES EN LA
CIUDAD
8ª REFLEXION
Los árboles forman parte
integral de nuestras vidas y el medio ambiente que nos rodea, es
natural que
tengamos interés en identificarlos. No es demasiado difícil y no es necesario
ser un adiestrado botánico para ello. Es necesario sin embargo tener algunos
conocimientos en botánica, que no son particularmente difíciles de adquirir si
lo convertimos en una pura y simple labor de observación y aprendizaje de unos
cuantos términos botánicos.
LOS TERMINOS BOTANICOS
Muchos de los
términos botánicos que se utilizan para describir plantas pueden ser
reemplazados con palabras que son de uso general. Por ejemplo, para un árbol
que se le desprende la corteza podemos indicar que la corteza es exfoliante. Es
necesario conocer este término cuando buscamos en un libro de botánica, pero de
otra manera, puedes afortunadamente averiguarlo sin este detalle. Del mismo
modo, poca gente denomina estróbilos
cuando significan conos, sin embargo,
puede existir confusión si describe el fruto del Humulus como un cono.
LAS FORMAS DE LAS HOJAS
Los términos
técnicos que son útiles son los que se usan para describir las formas de las
hojas. Los botánicos utilizan un gran número de ellos, pero en la práctica
pueden ser reducidos a una docena. Si la hoja es alargada y estrecha puede ser
o linear
o fusiforme, sin embargo, el
término linear es el más conveniente para describirla. Las hojas tienen
básicamente algunas variaciones con respecto a su forma oval, y cualquiera de
los términos oval u ovada pueden
ser considerados. Si la forma oval es algunas veces alargada, se utiliza el
término oblonga.
Generalmente, las
hojas son algo más anchas en la base, donde las hojas se juntan con el peciolo.
Si ocurre lo contrario y la hoja es más ancha en la parte de arriba que en la
base, el factor es indicado con el prefijo ob-.
Así, de este modo, una hoja en forma de huevo es normalmente ovada, pero si es
más ancha por arriba (en el ápice) será obovada.
Esta forma oval
básica es dividida por los botánicos en un número de variantes, como lanceolada,
elíptica, romboidea (forma de diamante), pero todas estas variantes son
básicamente de la forma oval. Algunas hojas tienen forma de corazón y se
denominan cordadas si quieres presumir como profesional. Otras tienen
forma parecida a una cuchara y se denominan espatuladas.
Sin embargo, no
todas las hojas son simples. Las hojas de la falsa acacia o acacia blanca (Robinia
pseudoacacia) poseen un peciolo central con una hoja al final y otras
numerosas hojas ensartadas a lo largo del mismo. Una hoja como ésta se denomina
pinnada,
y para describirla es necesario indicar la forma de las pequeñas hojas
insertadas (los foliolos), que son anchamente ovales en el caso de la Robinia
pseudoacacia, pero lineales en el caso de la mimosa. Ocasionalmente,
cuando se espera encontrar pequeñas hojas en una hoja pinnada, existen peciolos
secundarios que llevan los foliolos. Estas hojas se denominan bipinnadas.
Sin embargo, no todas las hojas compuestas entran en esta categoría. El fresno (Fraxinus
spp.) posee una hoja pinnada, pero en el falso castaño (Aesculus
hippocastanum) consiste en un número de hojitas de diferentes tamaños
que radian desde el ápice del tallo. Este tipo de hoja se denomina palmada
o digitada. Si sólo hay tres
hojitas, parecido a un trébol, toda la hoja se denomina trifoliada. Existe una
cultura, algunas veces utilizada, si cada hoja posee su propio tallo, como en
algunas plantas, éstas son denominadas trifoliadas. Si existen tres grupos
de hojas trifoliadas se denominan biternadas, que confunde, hasta que
uno piensa que sólo hay dos juegos de hojas trifoliadas. Lo que los botánicos
calculan es que cada una de las tres hojas de la hoja original trifoliada
produce una segunda hoja trifoliada, con lo que nos encontramos con nueve
foliolos. Ternada es un nombre alternativo de trifoliada.
Tanto para hojas
simples como para hojas compuestas hay un número de hojas que parecen flotar
entre las dos, siendo enteras, pero teniendo sus márgenes más o menos
disecadas.
Muchos árboles
tienen hojas lobuladas. En éstas, el margen es bastante poco profundo, sin
dientes, como los robles, los espinos majoletos o los arces. Otras hojas pueden
parecer a primera vista ser pinnadas, pero a menudo no están separadas dentro
de las hojitas y se les denomina pinnatífidas o pinnatisectas. Muchas
hojas de los cardos borriqueros son de esta categoría, pero no son comunes
entre los árboles, con excepción de algunos arces y serbales.
Como complemento a
estas formas básicas de hojas, hay también pequeños detalles que también deben
ser tenidos en cuenta. El margen de las hojas puede ser entero o como en el
ficus o pueden parecer el filo de una sierra. En este caso el margen es dentado
o aserrado, el último término es usado en definiciones especializadas.
Si las divisiones de los márgenes son redondeadas más que puntiagudas, el
término que se utiliza es crenadas.
Las hojas toman
nombre también por las puntas de las hojas (ápice). Si son puntiagudas hacia un
punto gradual son acuminadas, si tienen una pequeña punta alargada son aristadas
y si la pequeña punta parece no ir a ninguna parte son mucronadas.
Estos términos
botánicos son frecuentemente considerados más bien aburridos, pero son
indispensables cuando tenemos que describir la forma de una hoja a alguien.
LAS INFLORESCENCIAS
Afortunadamente,
otras partes de la planta son más simples de describir que la forma de las
hojas. Si la inflorescencia es compuesta de un número de flores, como en la
lila, la forma de la inflorescencia tiene varios nombres. Una espiga con flores
que proviene de un lado del pedúnculo es un racimo. Si dentro de las
flores el lado del tallo está ramificado, el resultado es el término panícula.
Algunas veces estas ramas son de variadas longitudes, con el resultado de que
las flores se abren en un sombrero plano, las inflorescencias más bajas son más
largas. Es un tipo de inflorescencia conocido como cima, en la cual hay un
número de inflorescencias, cada una con una flor simple al final, pero las
ramas están dispuestas más bien de forma fortuita.
Hay un número de
términos para la forma de las flores. Si son planas y abren, se denominan patuladas,
una rosa es un ejemplo de estas flores. Si están de forma de campana son campanuladas,
pero si la base de la campana es alargada, entonces el término es en forma
de embudo. Si la flor tiene forma de copa, el término es copular
y si parecen una pequeña urna como el madroño, son urceoladas. Si la flor es
circular con los pétalos radiales como los radios de una rueda, se utiliza el
término rodada, mientras las que tienen forma de flor de guisante papillonadas;
el pétalo superior es conocido como el estandarte y los dos pétalos que
cercan la vaina inmadura son conocidos como quilla.
Otras son flores
parecidas a margaritas, que están verdaderamente compuestas de numerosas flores
pequeñas que tienen un pétalo visible y un disco de florecitas, con ausencia de
pétalos. Sin embargo, las margaritas dobles están compuestas totalmente de
pétalos radiales que son perfectamente fértiles. Una disposición similar nos la
encontramos en plantas como las hortensias y en la bola de nieve, que las
partes visibles no son pétalos separados en todos los casos. En el caso de la
bola de nieve (Viburnum opulus), hay hojas coloreadas cuyas estructuras se
conocen como brácteas. El mismo fenómeno nos lo encontramos en el Cornus
florida y la Davidia involucrata (árbol de los
pañuelos) o las Bouganvilleas o la Flor de Pascua (Euphorbia pulcherrima) como
más conocidas.
La posición de las
flores o inflorescencias es importante a la hora de establecer la identidad del
árbol. Algunos árboles florecen al final de sus ramificaciones, otros en las
axilas de las hojas. En el primer caso, las flores son terminales, mientras que
en el segundo son axilares. Muchas de la familia de las rosáceas tienen sus
flores al final de unas pequeñas ramitas (conocidas como barrones) que salen de
las grandes ramas. En una mirada superficial parece que salgan de las axilas,
pero son terminales.
LOS FRUTOS
Otra característica
que es muy útil para la identificación de los árboles son los frutos.
Los botánicos se
refieren a cualquier contenedor de semillas como el fruto y no lo restriñen
sólo a los frutos carnosos que encontramos en las fruterías. Los frutos pueden
ser divididos en secos, algunas veces duros, que contienen semillas y los
que la semilla está rodeada de una pulpa carnosa. Algunos de estos frutos
adquieren varios nombres: Los frutos de las leguminosas, como la falsa acacia (Robinia
pseudoacacia), son conocidos como vainas y están compuestos por dos
alargadas secciones con las semillas en compartimentos separados. Cuando
maduran las vainas se abren, algunas veces explosivamente, y envía las semillas
al aire. Hay semillas con alas, capaces de volar con la menor brisa de aire,
como las de los fresnos y los arces o los tilos, son conocidas técnicamente
como sámaras.
Si la semilla está
dentro de una cáscara dura es normalmente denominada nuez. Si la celda de la
semilla no tiene una forma definida se la denomina cápsula. Los frutos
carnosos también toman varios nombres. Una sola semilla rodeada de pulpa es una
drupa,
cerezas y ciruelas son típicas drupas. Si las drupas son pequeñas y recogidas
en masa son llamadas drupitas.
En algunos frutos
la parte baja del tronco se hincha y envuelve el ovario, formando una especie
de corazón. Las peras y las manzanas son los ejemplos más conocidos de esta
clase de frutos, conocidos técnicamente como pomas. Si un número de
semillas son más o menos distribuidas sin orden en la pulpa, el fruto con
precisión se denomina baya, como nombre corriente no
botánico. Las grosellas son verdaderamente bayas. Todos los frutos sirven para
identificar un árbol de cierto modo, sin embargo, es raro denominar un árbol
sólo por su fruto.
LAS CORTEZAS
La corteza es
también una gran ayuda para identificar árboles. Puede ser lisa o fisurada, con
cáscara o que tenga grandes masas de corteza desprendiéndose o desarrollada en
varias formas. A veces la corteza es una buena indicación para el nombre del
árbol. Un árbol delgado con la piel de la corteza blanca y algunas marcas
negras es probablemente un abedul. La dificultad entonces es identificar la
especie. Si crece espontánea en Europa, sólo existen dos especies de abedules y
sólo uno tiene la corteza blanca.
Sevilla julio 2016
Que bonita iniciativa para los neófitos en el tema, el saber no ocupa lugar, decía mi maestro!! un saludo
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