HISTORIAS EN VERDE.
LOS ARBOLES EN LA CIUDAD
Los árboles no son sólo útiles, sino que además son
muy bellos. Tan pronto como la gente es suficientemente rica para utilizar la
tierra para su ocio, planta árboles. En la actualidad, la tendencia en la
jardinería privada es pensar en jardines generalmente de flores, sin embargo,
los grandes paisajistas del siglo XVIII trabajaban en armoniosa relación con
praderas, agua y árboles. Los árboles
han sido plantados en gran escala en los jardines antes del siglo XVIII, pero
tendían a ser formados y moldeados. Es verdad que en las grandes avenidas a los
árboles se les permitía crecer de forma natural, pero en otras partes eran podados
y recortados. La moda por la naturaleza permitió a los árboles ser observados
como un elemento de belleza en sus formas naturales. Ciertamente, el sello del
paisaje de Capability Brown ya disponía de agrupaciones de árboles, pero no
eran intencionadas. Muchos de los árboles en las agrupaciones debían de ser
transplantados cuando los principales se habían establecido, esto luego no se
hacía y al pobre Brown le imputaron una característica que él jamás intentó,
plantar demasiado espeso, esto mismo recomendó Forestier en el Parque de María
Luisa y no se hizo hasta años más tarde cuando el daño ya estaba hecho...
Actualmente, es raro para el jardinero paisajista
encararse con una gran plantación, pero cuando esto ocurre, recurre a la
pradera y los árboles e introduce flores y arbustos ornamentales como elementos
principales.
Desde que se construyeron los primeros jardines, la
gente ha tenido que utilizar pequeñas áreas donde sólo uno o dos árboles podían
plantarse, generalmente de tamaño pequeño.
En realidad, la selección del árbol correcto, para
el lugar correcto, tanto si es para un jardín, un parque o una calle, es un
proceso que exige considerables conocimientos. Ejemplos se encuentran en
viviendas que durante todo el día deben permanecer con la luz encendida, porque
los árboles han sido plantados muy cerca de la casa. Un árbol de dos metros y
una anchura de más o menos en el momento de la plantación, puede alcanzar 30
metros de altura y 10 metros de anchura en menos de diez años. Una buena regla
es no plantar ningún árbol de gran desarrollo a menos de 10 metros de la
vivienda. Si plantamos cerca de la vivienda, el árbol puede estar falto de luz
y las raíces pueden dañar las cimentaciones. La actividad y el vigor de las
raíces también deben ser considerados. Los álamos blancos (Populus alba y Populus alba var. pyramidalis) son árboles
encantadores con corteza blanca brillante, pero sus raíces son superficiales
extendiéndose ampliamente, lo que dificulta la plantación de otras plantas aún
a considerable distancia del tronco. En consecuencia, álamos blancos (Populus alba y Populus alba var. pyramidalis)
no son convenientes para pequeños jardines, sin embargo, son un elemento de
gran belleza en los de mayores dimensiones, igual ocurre con el ailanto. - (Ailanthus altissima), los eucaliptus
o los ficus por ejemplo y otros muchos.
Ailannthus altisima |
En climas más fríos que los nuestros, las hayas, los
abedules, los robles, etc... extraen grandes cantidades de nutrientes del
suelo, pero se hacen tan grandes que es probablemente menos penoso utilizarlas
inadecuadamente. Las raíces de los sauces y los chopos son rápidamente atraídas
por la humedad, por lo que en propiedades antiguas donde el alcantarillado está
envejecido, las raíces penetran en las tuberías taponándolas y averiándolas,
igual que ocurre en nuestro clima con los eucaliptos o las casuarinas.
Es esencial conocer las dimensiones del árbol
desarrollado cuando lo seleccionamos para plantar.
Pocos árboles son tan espectaculares como el cedro,
(Cedrus deodara, C. atlántica o C. libani)
pero debe tener espacio para desarrollarse, llegando a alcanzar una altura de
30 metros y una anchura de 15, es árbol de grandes jardines y parques, nunca de
un jardín pequeño, caso similar son las diversas especies del genero Ficus de
gran desarrollo y raíces agresivas.
Otro factor importante es conocer si el árbol es
caduco o persistente. No existen muchos persistentes con floraciones
abundantes, siendo sus principales atributos el placer de verlos con sus hojas
verdes todo el año, aunque en un momento dado las sustituyen por hojas nuevas...
Debemos seleccionar árboles de hoja persistente y caduca para mantener la
estructura y belleza del jardín durante todas las estaciones del año. Hay
muchas coníferas con hojas grises o doradas de efectos especiales. Los árboles
de hoja caduca poseen muchas cualidades que, conociéndolas, nos ofrecen una
amplia paleta de posibilidades para escoger. Pueden ser plantados simplemente
por sus formas, por sus floraciones ornamentales, por sus atractivos frutos o
por sus vivos colores otoñales, independiente de la elegancia de sus cortezas
en invierno.
Probablemente un árbol con muchos caracteres
ornamentales es el jabonero (Koelreuteria paniculata), cuyas
hojas jóvenes son primero rosadas y después se broncean, tomando su color verde
en primavera-verano y se colorean de amarillo y rojo antes de su caída. Produce
panículas de flores amarillas en mayo-junio, seguidas de unos atractivos frutos
de color marrón que perduran en el árbol.
La forma del árbol también debe ser considerada.
Muchos árboles tienen formas particulares: piramidales, péndulos, aparasolados,
ovoideas, etc...
En algunos árboles el verde normal obtiene otro
color, frecuentemente púrpura o amarillento: La haya púrpura (Fagus
sylvatica var. atropurpúrea) para climas fríos o el ciruelo japonés (Prunus.ceracifera
var. pissardii) que son los más frecuentes, existen otros muchos con
hojas púrpura, con hojas amarillentas (la Gleditsia triacanthus "Sumburst").
Los primeros tienen el epíteto "púrpura" y los segundos
"aurea".
Arboles con hojas matizadas, con los que sus hojas
verdes son manchadas con blancos o amarillos, como el (Acer negundo var. aurea,) el durillo, (Ligustrum japónicum fol.var),
el (Ficus elástica "Doescherii",)
etc...
El plantador de árboles tiene muchas opciones, pero
tiene que considerar que hay algunos árboles venenosos que deben ser excluidos
en plantaciones donde haya niños, así como otra línea de árboles que son
alergógenos que deben ser considerados.
Para grandes jardines, árboles de gran tamaño y
nobleza pueden utilizarse: cedros, la gigante (Sequoia gigantea,) las
encinas (Quercus ilex), los alcornoques (Quercus suber), las tipuanas (Tipuana tipu),
las jacarandas (Jacaranda mimosaefolia), los plátanos (Platanus
x hibrida), los ficus, (Ficus macrophylla y vars.) los taxodios (Taxodium
distichum y Taxodium mucronatus), los eucaliptos, los cedros, etc. en
cada clima la especie aclimatada.
Para jardines más pequeños pueden ser utilizadas las
Koelreuteria
paniculata (jabonero), los ciruelos japoneses (Prunus ceracifera var... pissardii), los júpiter (Lagerstroemia
índica), los melocotoneros en flor (Prunus pérsica), los
cítricos (Citrus aurantium y vars.), el árbol del amor. - (Cercis siliquastrum) los manzanos
y perales en flor, etc...
En las calles son interesantes las formas
piramidales por su adaptabilidad a acerados estrechos y su poca incidencia en
las luminarias, Sophora japónica var. piramidalis, Robinia pseudoacacia var. piramidalis, las Grevillea. - (Grevillea robusta) etc.… los Populus que reúnen estas
condiciones se desarrollan con dificultad en nuestro clima a consecuencia de
las enfermedades y plagas que los atacan, además producen rebrotes de raíz.
Las coníferas no son aconsejables para plantaciones
en calles ya que la contaminación atmosférica de la ciudad les perjudica, son
más utilizadas en jardines y parques.
Grevillea / Paseo Benitez Carrasco |
Generalmente los árboles con frutos ornamentales no
son aconsejables para plantación en calles, a menos que los frutos sean
pequeños y se los coman los pájaros antes de que caigan. Otros árboles con
frutos caen en las aceras, producen suciedad y son un peligro de caída para los
peatones. Una excepción son los naranjos, cuyos frutos se recolectan antes de
su caída y son utilizados para la producción de mermeladas.
Las coníferas no poseen la belleza de las flores y
sólo ocasionalmente lo son sus frutos. Su principal interés está en su follaje
persistente de variados colores, desde el verde al gris o al amarillo. Sus
formas piramidales, de grandes árboles o rastreras, hacen que tengan muchas
aplicaciones en los parques y jardines. Algunas crecen muy lentamente y pueden
ser adaptadas a espacios reducidos, mientras otras crecen más rápidamente, los Chamaecyparis
con hojas verdes o glaucas, los Cupressocyparis leylandii, un
híbrido entre un Chamaecyparis y un
ciprés, los Pinus halepensis, Pinus
pinea, etc...
Los pinos desarrollados se encuentran entre los más
atractivos árboles y obtienen formas graciosas. Las Araucarias son árboles
interesantes para climas templados se desarrollan bien cerca del mar.
Entre los árboles persistentes o semi-persistentes
hay plantas de reciente introducción que son interesantes y muy atractivas,
procedentes de climas subtropicales se adaptan bien a nuestro clima. Los ficus
son un género que se desarrolla magníficamente.
La (Photinia x fraseri Red Robin, el
laurel de Portugal (Prunus lusitánica), el madroño (Arbutus unedo), etc.…
además de los ya conocidos Magnolia grandiflora, Brachychiton populneum
y vars., Lagunaria pattersonii, Grevillea robusta, Tipuana tipu,
Jacaranda mimosaefolia, etc.… sin olvidar los autóctonos, la
encina, el alcornoque, el algarrobo, el olivo, etc...
CORTEZAS
Hay un cierto número de árboles de hoja caduca que
poseen una corteza atractiva en invierno: los álamos blancos (Populus
alba), el kaki de Virginia (Dyospyrus virginiana), el árbol de
Júpiter (Lagerstroenia índica), el almez (Celtis australis), (Eucaliptus
citriodora,) y en países mas
fríos los abedules (Betula alba y vars.).
el sauce (Salix babylonica y vars,) etc.…
que pueden ser considerados en este apartado.
Populus alba en Parque del Alamillo |
Muchos árboles nos ofrecen abundantes floraciones y
son tenidos en cuenta en su plantación en jardines. Los más espectaculares en
nuestro clima son las mimosas (Acacia
vars.), los almendros, (Prunus dulcis) los melocotoneros
de flor (Prunus pérsica), los ciruelos japoneses (Prunus c.var. pissardii),
las acacias (Robinia pseudacacia), el árbol del amor (Cercis siliquastrum),
las jacarandas (Jacaranda mimosaefolia), las tipuanas (Tipuana tipu), el árbol
de la seda. (Albizia julibrisin)
el árbol del Coral (Erythrina crista galli y vars.), el árbol de
las orquídeas (Bahuinia variegata y vars.), los júpiter (Lagerstroemia
indica y Lagerstroemia speciosa), las Catalpa bignonioides, los
jaboneros, (Koelreuteria paniculata) etc.… que en distintas épocas del
año nos ofrecen esplendorosas floraciones.
ARBOLES ARQUITECTURIZADOS O FORMADOS
Los podemos conseguir podando y recortando los
jóvenes brotes anualmente, es uno de los métodos que utilizan los jardineros
para modificar el crecimiento natural de los árboles. Uno de los sistemas más
comunes es la de la formación de setos, donde los árboles son plantados juntos
y recortados según la altura que nos interesa, formando muros verdes.
Los setos son tan comunes que nos olvidamos
frecuentemente que son una creación artificial. Han sido realizados desde hace
muchos siglos y han sido aceptados como una característica natural en nuestros
jardines. Son efectivamente característicos, pero no son naturales, y si se
abandonan de recorte pronto pueden parecer una mini jungla.
Pero no todos los árboles son aptos para ser
utilizados como setos, en nuestros días es costoso mantenerlos en buenas
condiciones y muchos son destruidos o desaparecen cuando cambia la moda.
La haya es un buen árbol para utilizarlo como seto,
así como el carpe donde el clima lo permita. Los setos persistentes son
realizados en algunas zonas con tejos, cipreses, naranjos, laureles o thuyas
pueden ser dañados con los vendavales, sin embargo, los setos de árboles de
hoja caduca filtran el aire y el impacto del viento es menos perjudicial.
El creciente renacimiento de un arte iniciado por
los romanos, la topiaria, consistía
en recortar árboles en formas antinaturales. Estas formas podían ser
completamente planas, piramidales, cónicas o espirales, o representando
animales u objetos, el poeta inglés Alexander Pope (1698-1744) los refería como
las "esculturas verdes" contemporáneas.
En el siglo XVII la topiaria era asociada con los
jardines holandeses y, cuando la moda del pastiche llegó a Inglaterra durante
la época Victoriana y en España, cualquiera que creaba un jardín holandés
quería tener ejemplos de topiaria que indicaran su procedencia. El jardín
topiario de Levens en Cumbría, Inglaterra, está lleno de ejemplos de este arte
que perduró más de dos centurias. Ahora, sin embargo, después de ser utilizado
en 1.850 y aplicado en el famoso Sermón de Montaña en Packwood, Inglaterra,
parece que ha sido considerado arte antiguo y no se utiliza, pero es encantador
y requiere considerable pericia para crearlo y mantenerlo, al igual que ha
ocurrido en España, en los Reales Alcázares, que según la historia en sus
jardines se practicó la topiaria.
LOS ÁRBOLES CON FRUTO CULTIVADOS EN
ESPALDERA
Jardín Botánico Chicago - peral añoso podado y guiado en espaldera |
Los cultivadores de árboles frutales los cultivan
por varias razones. Ha sido conocido desde antiguo que los frutos de mejor
calidad son obtenidos si los árboles están protegidos de los vientos fríos por
muros, lo que propició el sistema de cultivar frutales en espaldera pegados a
los muros. Esta técnica originalmente desarrollada, se extendió después a los
cultivos en espaldera al lado de los paseos en los huertos. Estos árboles
conducidos verticalmente son conocidos como espalderas,
lo que propició el cultivo de un gran número de árboles frutales en pequeños
espacios que eran fáciles de recolectar y mantener, sobre todo en huertos donde
no se disponía de grandes superficies.
Las espalderas son agradables a la vista, pero el
cordón que forman no tiene una buena apariencia y es simplemente de valor
comercial, no estético. En los cordones sólo el tronco se le permite
desarrollarse, en ambos lados los crecimientos son cortados estratégicamente
para que, en teoría produzca un sólo tronco con brotes florales que produzcan
fruto.
Las espalderas que utilizan también en jardinería
para formar algunos árboles en alineaciones, precisan de un soporte y podas
sucesivas.
Ocasionalmente, en regiones montañosas, los árboles
pueden ser vistos creciendo en fisuras de rocas y donde nunca han sido capaces
de recibir ninguna nutrición. Estas plantas no llegan nunca a ser muy
desarrolladas, sin embargo, tienen muchos años.
Estas son enanas naturales, pero en el lejano
oriente, particularmente en el Japón, cultivar artificialmente árboles enanos,
conocidos como bonsáis, es un hobby y
un negocio.
En tiempos, los pies de las mujeres chinas eran
vendados fuertemente para que no crecieran y tuvieran pies pequeños, que eran
la admiración de la gente.
Muchos de estos principios son empleados para crear bonsáis.
La cantidad de suelo y agua que se le provee se reduce al mínimo, mientras las
ramas son moldeadas con alambres para darles formas pintorescas. Una vez
conformado, los alambres se le retiran y a la planta se le permite crecer 1 ó 2
cm. al año. Si crece vigorosamente se le recortan las ramas y las raíces con
las técnicas adecuadas en cada caso y para cada especie. Es un arte de cultivo
donde existen grandes coleccionistas.
Sevilla julio 2016
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