HISTORIAS EN VERDE. - LOS ARBOLES DE LA CIUDAD
3ª REFLEXION
Para averiguar la evolución
de los árboles sólo poseemos los antecedentes fósiles para guiarnos, aunque no
nos ofrecen demasiada exactitud. En primer lugar, no es cierto que cualquier
planta pueda conservarse como fósil. En segundo lugar, después que son las
partes duras de los animales y las plantas las que se conservan, es más
frecuente que estén presentes elementos maderables, que las partes frágiles de
las ramas y las hojas.
Existe una excepción de todos modos. Los granos de polen parecen ser indestructibles y se encuentran frecuentemente donde se encuentran los grandes fósiles. Sin embargo, a la hora de identificarlos, los granos de polen pueden corresponder a cualquier planta existente en la zona, aunque muchos corresponden a las primeras plantas de cualquier rastro de fósil puede que sean completamente diferentes a las de hoy en día, por lo que el polen no se considera realmente identificable.
Existe una excepción de todos modos. Los granos de polen parecen ser indestructibles y se encuentran frecuentemente donde se encuentran los grandes fósiles. Sin embargo, a la hora de identificarlos, los granos de polen pueden corresponder a cualquier planta existente en la zona, aunque muchos corresponden a las primeras plantas de cualquier rastro de fósil puede que sean completamente diferentes a las de hoy en día, por lo que el polen no se considera realmente identificable.
En
áreas pantanosas las plantas se conservan mejor que en áreas secas, es por ello
que hemos adquirido más conocimientos de las plantas que se han desarrollado en
zonas húmedas. A pesar de todo, la ocasión de encontrar árboles fosilizados es
bastante remota, hay muchos organismos de los que no existe rastro.
Es
también probable que cuando algo está fosilizado sea bastante extendido y por
tanto conocido.
De
acuerdo con las investigaciones realizadas, las primeras coníferas aparecieron
hace 225 millones de años, pero pueden haber evolucionado considerablemente con
anterioridad.
Las
primeras plantas con comportamiento de tejidos parecidos a las plantas modernas
aparecieron hace 400 millones de años. Muchas de las plantas primitivas, como
los musgos, pueden haber evolucionado antes. En esta época, la tierra estaba
desprovista de animales vivientes, sin embargo, había una gran cantidad de
formas de vida en los mares. Las plantas, entonces, podían colonizar cualquier
hábitat sin ningún temor de competición. Consecuentemente, eran muy grandes y
mucha parte de la tierra estaba cubierta de bosques. No eran bosques de
árboles, sino de musgos y grandes Cola de caballo (Equisetum). Muchos
musgos modernos son plantas pequeñas igual que la Cola de caballo, sin embargo,
la Cola de caballo gigante (Equisetum giganteum) puede alcanzar
una altura de 10 m. Hay helechos que también, incluyendo uno que no se ha
extinguido pero que aparentemente produce semillas, que puede haber sido el
antepasado de las cicas o el principio de las coníferas, que no aparecieron
claramente hasta los 250 millones de años. En este tiempo los primeros anfibios
estaban apareciendo.
Entre
345 y 280 millones de años antes, el clima sin embargo era seco. Las familias
de plantas dominantes eran incapaces de adaptarse y perecían, sin embargo, sus
restos fosilizados están todavía presentes en depósitos de carbón o petróleo.
Pero
estos grandes bosques desaparecieron y otros árboles tomaron su lugar. Fueron
las coníferas y las cicas. Al mismo tiempo, los reptiles e insectos fueron
apareciendo y poco después aparecieron los grandes mamíferos. Esta fue la época
de los dinosaurios, muchos de ellos evolucionados como pájaros, al mismo tiempo
que apareció el ginkgo, 180 millones de años antes.
Las
primeras plantas con flores aparecieron 140 millones de años antes, cuando el
clima llegó a ser tan frío que los dinosaurios eran incapaces de subsistir. El polen
del nelumbo (Nenúfar) aparece entonces, pero muchos rastros de plantas de
flor datan de 136 millones de años antes. Incrementándose su variedad en los
siguientes 70 millones de años.
Aparte
de las magnolias y los nenúfares, pocas de estas primeras plantas de flor
tienen mucha conexión con las que vemos hoy en día y es sólo recientemente,
desde hace 54 millones de años, cuando plantas similares a las de hoy en día
aparecieron. Parecen haber sido en su mayor parte árboles que formaban bosques
en las partes más calientes del globo. En este tiempo, muchas de las plantas
que ahora vemos necesitadas de condiciones tropicales podían ser encontradas en
algunas zonas del planeta. En este periodo, muchas montañas emergieron, como el
Himalaya y los Alpes, mientras su actual posición en el continente aparece
reciente, como siete millones de años antes. Cerca de un millón y medio de años
antes, los polos fueron formados y el clima cambió radicalmente.
El
número de árboles disminuyó y su lugar fue ocupado en muchas regiones por
plantas herbáceas. Por otra parte, la extensión de los animales herbívoros
significó que los bosques no fueran reestablecidos en semejante grado. La
vegetación y la distribución de los animales salvajes fueron afectadas por una
serie de años glaciares que causaron grandes cambios en la vegetación.
Los
bosques aparecen reproducidos a gran escala cerca de 8.000 años después,
presumiblemente como resultado de una temporal disminución del número de los
animales herbívoros, lo que permitía a los árboles reestablecerse por sí solos.
El lapso de tiempo fue tan enorme que es imposible darse cuenta de lo que
sucedió (90 millones de años separaron las primeras coníferas de las primeras
plantas de flor).
Extraordinariamente,
algunas plantas han sobrevivido sin cambios aparentes por millones de años.
Nadie en los tiempos modernos ha visto el Ginkgo vivir como planta salvaje. A
pesar de todo ha sobrevivido en China durante largo tiempo, como consecuencia
de haber sido plantados alrededor de los templos como se hace todavía en
nuestros días, habiendo existido desde 190 millones de años como alimento de
los dinosaurios. Otra planta, algunas veces empleada por sus tintes otoñales,
el Cercidiphyllum,
ha sobrevivido con pocos cambios desde hace 40 millones de años.
Muchas
de las plantas modernas parecen datar del Mioceno, hace 26 ó 27 millones de
años, mientras 54 millones de años antes el Ártico estaba cubierto con bosques
de Metasequoia
glyptostroboides. Este árbol, sin embargo, fue extinguido hasta que un
pequeño grupo de estos árboles fue descubierto en China en 1.941. Se propagó
rápidamente por esquejes y ahora crece en muchos jardines de todo el planeta.
En un jardín de Escocia es utilizada para setos. El Pinus aristata puede
decirse que ha desaparecido como autóctono, pero sin embargo, las plantas
pueden vivir 5.000 años y cultivadas por su valor ornamental, pueden sobrevivir
durante muchos más años todavía.
Los
granos de polen son casi indestructibles, pero hay un gran número de plantas
que no producen polen. Su identificación es una invención relativamente
moderna. Las primeras plantas en la tierra aparecieron hace 400 millones de
años, mientras el polen llegó 200 millones de años después. Cuando decidimos
qué plantas de flor son primitivas u originales, es necesario observar sus
partes florales. Muchos árboles dependen del viento para polinizarse, algunos
llevan flores masculinas y femeninas en una sola planta. Estas plantas pueden
ser consideradas como primitivas. Del mismo modo, las plantas que llevan flores
de un sólo sexo en el árbol son consideradas primitivas de origen. En estas
circunstancias es imposible que un árbol aislado se reproduzca.
Las
flores en las que sus partes reproductoras no están claramente diferenciadas
son también consideradas como primitivas o rudimentarias, como podemos
comprobar en los restos de dos plantas primitivas, la magnolia y el nenúfar. En
sus flores, aunque el estilo y el estigma son claramente definidos, los
estambres pueden envolverse dentro de sus rudimentarios pétalos, mientras los
sépalos y pétalos no están claramente diferenciados. Esto no es una indicación
firme, las orquídeas son consideradas bastante recientes y todavía es difícil
diferenciar los sépalos de los pétalos. Sin embargo, otra característica de
muchas plantas primitivas es que las partes florales son numerosas. Las
orquídeas sólo poseen seis hojas florales, dos grupos de polinia y una
superficie estigmática, mientras que en la magnolia, por ejemplo, existen
numerosas hojas florales, estambres y estigmas.
En
las plantas más primitivas el estigma no está claramente definido. En la
amapola, por ejemplo, es simplemente una arruga en el carpelo inmaduro. Las
flores tempranas están caracterizadas por pétalos siempre separados; a veces
juntos se fusionan, como en el Convolvulus, que es considerada más
reciente. Las flores sin pétalos son generalmente signo de reciente evolución,
particularmente cuando éstas están agrupadas y rodeadas por brácteas parecidas
a pétalos o sépalos, que dan la impresión de una gran flor.
Muchas
plantas de la familia de las margaritas poseen un anillo exterior radial de
floretes, generalmente masculinos, y un capítulo de flores en disco
insignificantes, que son hermafroditas.
Una
margarita no es una flor, pero un considerable número de las que se unen parece
una sola flor. Las hortensias (Hydrangea
hortensia) y plantas parecidas al (Viburnum opulus) (Bola de nieve) nos
muestran tendencias similares.
Las
plantas herbáceas aparecieron después de los árboles, durante los cambios
climáticos, a veces excesivamente secos o con bajas temperaturas causadas por
la disminución de árboles. Cuando los glaciares se retiraron al final del
periodo glacial, aparecieron las plantas anuales, tomando ventaja a las
descubiertas recientemente, transformando la tierra. Muchas plantas herbáceas
llegan a su madurez y florecen antes que los árboles, por lo que evolucionaron
más rápidamente como generaciones adicionales con capacidad de cambio. Anuales
y bienales se reproducen así mismo rápidamente. En periodos de cambios
climáticos, son las plantas que se han adaptado mejor a la supervivencia.
Sevilla julio 2016
Muy interesante y didáctico el artículo gracias amigo, un saludo
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